116 años de oración y servicio: la brasileña sor Inah es la monja más anciana del mundo

Perteneciente a las Hermanas Teresianas, esta consagrada presume de celebrar cada día la eucaristía: “Llevo el cuerpo de Cristo conmigo”

116 años de oración y servicio: la brasileña sor Inah es la monja más anciana del mundo

En un pequeño rincón de Porto Alegre, Brasil, una mujer extraordinaria celebra la vida con fe, humildad y gratitud. Sor Inah Canabarro Lucas, la religiosa más anciana del mundo, cumple 116 años. Desde su silla de ruedas y con un hábito blanco impecable, su testimonio sigue inspirando a generaciones. Aunque hablar ya no le resulta sencillo, su mensaje, transmitido en un emotivo video grabado por sus hermanas Teresianas, resuena con claridad: “Deberían ser un poco mejores cada día y amar a Dios”. Actualmente, Inah es la monja de mayor edad del mundo desde la muerte de la hermana francesa Lucile Randon (Sor André) en 2023. 



Una vida llena de obstáculos y bendiciones

Nacida el 27 de mayo de 1908 en São Francisco de Assis, en el estado brasileño de Rio Grande do Sul, la infancia de Sor Inah estuvo marcada por la fragilidad. Según los médicos, tenía pocas probabilidades de alcanzar la vida adulta. Sin embargo, contra todo pronóstico, creció en una familia numerosa en una granja, mudándose varias veces durante su niñez.

Su conexión con la Congregación de las Hermanas Teresianas comenzó en su juventud, cuando asistió a una escuela dirigida por la orden. A los 19 años ingresó al noviciado en Montevideo, Uruguay, y pronto inició una larga carrera como educadora en Brasil, enseñando principalmente portugués y matemáticas. Su labor fue más allá de las aulas: formó una orquesta escolar que permitió a sus alumnas explorar el país y compartir su talento en países vecinos como Uruguay y Paraguay.

Misa y comunión diarias

La fe cristiana ha sido el eje central de la vida de sor Inah. A pesar de su avanzada edad, mantiene su compromiso de asistir a misa y recibir la comunión todos los días. “Llevo el cuerpo de Cristo conmigo todos los días. Eso me gusta mucho”, declara con alegría. Los días en que no hay misa en su monasterio, participa en servicios religiosos transmitidos por televisión a través de TV Aparecida, un canal dedicado a la fe católica.

La oración, en particular el rezo diario del rosario, es su refugio. Sor Inah conserva con cariño un rosario enviado por el papa Francisco cuando cumplió 110 años. Cada día camina con su andador hasta la gruta de Lourdes en el jardín del monasterio para dedicar un momento a la Virgen María.

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Un mensaje para las nuevas generaciones

Aunque su salud limita su capacidad de expresarse, Sor Inah aún encuentra maneras de transmitir sus pensamientos. En el vídeo grabado por Sor Lúcia Ignez Bassotto, una antigua alumna y actual cuidadora de la hermana , Inah comparte sus deseos para los jóvenes: “Deberían mejorar cada día un poco más y amar a Dios“. Este mensaje, tan sencillo como profundo, refleja el espíritu de una educadora que nunca dejó de preocuparse por el futuro de quienes la rodean.

Sor Inah no solo es una mujer de oración; también disfruta de los pequeños placeres cotidianos. Desde paseos por el jardín hasta el fútbol, sigue siendo una fiel seguidora del club Internacional de Porto Alegre, un interés que comparte con el Papa Francisco, otro apasionado de este deporte.

Camino al cielo con una sonrisa

A sus 116 años, Sor Inah encuentra felicidad en lo simple. Flores, visitas de antiguos alumnos, o un momento tranquilo de oración la llenan de paz. Al final del video, Sor Lúcia la ayuda a acariciar una flor roja en el jardín y Sor Inah sonríe, como si este sencillo gesto la acercara aún más al cielo.  Desde el convento ya cuentan los días para su próximo cumpleaños. Y cuando le preguntan a quién invitaría a su celebración, su respuesta es tan sencilla como reveladora: “María, Jesús y José”.

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