‘Vida Nueva’ conversa con Gustavo Riveiro, delegado de Turismo de la Conferencia Episcopal, sobre el Congreso Itinerante Año Jubilar Universal 2025 que acogerá Cantabria
Con la mirada puesta en el Año Jubilar 2025, Cantabria se prepara para convertirse en un referente internacional del turismo religioso, cultural y natural. Desde la diócesis y la Fundación Camino Lebaniego, han realizado un evento (visita de cortesía) que ha supuesto una oportunidad excepcional para explorar el rico patrimonio histórico y espiritual del Camino Lebaniego, que atrae a miles de peregrinos buscando historia, fe y naturaleza. Se trata del “Congreso Itinerante Año Jubilar Universal 2025: Turismo, Patrimonio y Medio Ambiente. Santo Toribio de Liébana–Cantabria”.
Esta iniciativa convocará en Cantabria a líderes religiosos, académicos, periodistas y representantes del sector turístico de diversos países, con el objetivo de dar a conocer las riquezas de la región, (el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, hogar del ‘Lignum Crucis’, el mayor fragmento conocido de la cruz de Cristo), así como subrayar la importancia del Camino Lebaniego en el turismo religioso y destacar las actividades que se van a realizar en su promoción. El representante de la CEE para el Jubileo de Roma en 2025, el sacerdote Gustavo Riveiro ha hablado con ‘Vida Nueva’ para conocer más sobre este lugar de peregrinación por excelencia. “Son muchos los que parten como turistas y regresan como peregrinos. Se van haciendo poco a poco con el recogimiento, en el viaje interior, en el camino. El Camino Lebaniego es un itinerario precioso con el privilegio de que de alguna manera se entronca a lo que después será el Camino de Santiago”, comenta Gustavo.
Declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, el Camino Lebaniego conecta el camino costero cántabro con los majestuosos Picos de Europa, terminando en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Este recorrido no solo es una travesía espiritual, sino también un viaje a través de paisajes espectaculares y un legado cultural inigualable, como las obras del Beato de Liébana, uno de los máximos exponentes del cristianismo medieval en Europa. “Todo reconocimiento es una alegría, pero la humanidad ya lo reconoció desde la fe”, dice el delegado de Turismo de la CEE sobre el cargo que le ha otorgado la institución. “Es una consecuencia de algo que ya está presente y lo agradecemos porque esto atrae a otras personas, pero no todo comenzó con la UNESCO. Santo Toribio es la realidad y todo lo que lo conforma, su historia”, añade.
Desde la delegación de Turismo de la CEE se quiere aprovechar el marco del Jubileo de Roma como oportunidad para inspirar a peregrinos y turistas a reconectar con sus raíces espirituales y a descubrir la riqueza cultural de Cantabria, fomentando valores como la sostenibilidad y la conexión cultural. “En España contamos con grandes reliquias presenciales de la Pasión de Cristo, contamos con mucho patrimonio que no le damos la visibilidad que merece. Es una gran realidad presente fuertemente en nuestro país y tenemos que despertar al respecto, ponernos a trabajar, construir proyectos…. La pastoral del Turismo tiene como objeto la razón de la Iglesia, evangelizar el patrimonio es parte de ese camino. Poder visitar y encontrar lugares como Liébana donde hasta las piedras hablan de Dios. donde se encuentran las raíces de la fe, es un privilegio tremendo”, cuenta el delegado de la CEE y representante de turismo para el Año Jubilar de Roma.
Con el lema “El Camino de la Cruz”, la Fundación Camino Lebaniego reafirma su compromiso de combinar espiritualidad y sostenibilidad, demostrando cómo eventos de gran envergadura pueden tener un impacto positivo tanto en la región como a nivel global. Gustavo Riveiro lo recalca así: “Tenemos que escuchar los sentimientos de un pueblo de fe. Los santuarios tienen raíces, son historia de identidad un pueblo que lo construye y es importantísimo que tengan un protagonismo local”. Y todo ello, desde la diócesis de Cantabria lo quieren hacer respetando el cuidado de la Casa Común: “Somos personas convencidas y agradecidas con la mirada de Dios en la naturaleza”. “Queremos profesionalizar el santuario y esta enorme visita de cortesía nos ha servido para promover y fortalecer el turismo religioso en la región”, ha contado Gustavo. Cantabria está lista para brillar como un faro de cultura, fe y naturaleza en el escenario internacional.