Los miembros de la Comisión Episcopal de Cáritas Argentina: su presidente, Gustavo Carrara, arzobispo electo de La Plata; Roberto Álvarez, obispo de Rawson y Enrique Martínez Ossola, obispo auxiliar de Santiago del Estero, expresaron que la Nochebuena es la única noche del año que tiene nombre propio por la alegría del Nacimiento de Jesús.
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En su mensaje navideño “La Navidad nos renueva la esperanza”, recordaron que aquella primera Nochebuena de la historia, un censo del emperador Augusto, para mostrar su poder y autoridad, firmaba un decreto a través del cual se ejercía la fuerza con los frágiles y débiles.
Vino a salvarnos
María, con un embarazo muy avanzado, junto a José, se pone en camino hacia Belén. “Y sin encontrar un lugar digno para nacer, el Hijo de Dios nace en un pesebre. En esa primera Navidad, Dios elige para nacer el lugar de los últimos, de los que no cuentan, para que nadie por ser pobre o estar roto en la vida, se avergüence de acercarse a Él”, señalaron.
Destacaron el anuncio del Ángel del Señor quien les indicó a los pastores la buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo, para toda la humanidad y la creación entera. De este modo se cumple la promesa de Isaías 9, 1-6: “El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz… Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia… Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado” (Cf. Is. 9, 1-6). Y agregaron que este Niño vino a salvarnos, a librarnos, purificarnos y crear para sí un pueblo elegido, referenciando el texto de Tito 2, 14.
Rostro de esperanza
La Comisión Episcopal de Cáritas pidió volver el corazón a Belén porque se necesita que la ternura del Niño nos transforme y repare nuestras fuerzas. “La Luz que ha bajado del cielo contrasta con la noche oscura del pecado, de la injusticia social, del sálvese quien pueda, que termina en el todos contra todos”, aseveraron al recordar que, este año, la pobreza y la indigencia de los menores, en términos de inseguridad alimentaria, es dramáticamente delicada.
Los obispos consideran que en este tiempo de Navidad, con la ayuda de Dios y de cada uno, se puede transformar la realidad en un rostro de esperanza; una esperanza que, como señalaba el cardenal Eduardo Pironio, se vive en tiempos difíciles, nace de la cruz y crece por la fe en el Señor de la historia.
Estimaron que, ante la realidad del pecado, mirando al Niño Jesús confiesan: “El pecado del mundo es inmenso, pero no es infinito. En cambio, el amor misericordioso del Redentor, este sí es infinito” (Exhortación Apostólica C’est La Confiance, nº 29), y ante la injusticia social se comprometen a compartir el pan con los que no lo tienen, y a elegir el camino de la hermandad y la amistad social, a ejemplo de la parábola del Buen Samaritano, predicada por Jesús.
Finalmente, invitaron a sumarse a la campaña solidaria de Navidad que organiza la propia organización, reafirmando que “La Navidad nos renueva la esperanza, una esperanza activa, que no se rinde ante la adversidad”.
Campaña de Cáritas
En Cáritas saben que el amor de Dios tiene el poder de transformar. Por eso, tratan de llevar ese amor a todos los que lo necesitan.
La Navidad es una nueva oportunidad de acercarse a los hermanos más vulnerables para brindar un plato de comida y una palabra de esperanza.
Para sumarse a la campaña solidaria de Navidad de Cáritas, ingresar a la web oficial.