Vaticano

Francisco desvela en su autobiografía que sobrevivió a dos intentos de atentado en Irak

Una joven suicida y un comando en una furgoneta trataron de ensombrecer la visita del Pontífice a la ciudad de Mosul





A pocos días de que vea la luz la anunciada autobiografía del papa Francisco se van conociendo algunos de los detalles relatados por el pontífice a lo largo de sus 400 páginas. El diario italiano ‘Corriere della Sera’ desveló con motivo del cumpleaños del Papa que Francisco sobrevivió a dos intentos de asesinato durante su visita a Irak en marzo de 2021, uno de ellos al parecer perpetrado por una joven suicida durante la estancia del Papa en Mosul.



Visitar al ‘abuelo’

“Casi todo el mundo me había desaconsejado ese viaje, que habría sido el primero de un pontífice en la región de Oriente Medio devastada por la violencia extremista y las profanaciones yihadistas”, relata Francisco en la obra que ha realizado junto al periodista Carlo Musso. Francisco recuerda algunos prelados contagiados por el coronavirus y los problemas de seguridad. “Pero yo quería llegar hasta el final. Sentía que tenía que hacerlo. Dije, familiarmente, que sentía la necesidad de ir a visitar a nuestro abuelo Abraham, antepasado común de judíos, cristianos y musulmanes”, cuenta el Papa.

“Si la casa de tu abuelo se quema, si en su país sus descendientes se juegan la vida o la han perdido, lo [mejor] es llegar a la casa cuanto antes”, apunta Jorge Mario Bergoglio mientas señala que Juan Pablo II tuvo que cancelar una visita por la negativa de Sadam Husein. Recordando un trayecto en helicóptero a Mosul el 6 de marzo de 2021 relata que “incluso después de aquella devastación, el viento del odio seguía sin amainar”.

En medio de estos recuerdos revela: “Me avisaron nada más aterrizar en Bagdad el día anterior. La policía [iraquí] había alertado a la Gendarmería vaticana de un informe de los servicios secretos británicos: una mujer cargada de explosivos, una joven terrorista suicida se dirigía a Mosul para inmolarse durante la visita papal. Y una furgoneta también había partido a toda velocidad con la misma intención”. Al día siguiente, señala después “la policía iraquí los había interceptado y los había hecho explotar”. “Esto también me impresionó mucho. Esto también era el fruto envenenado de la guerra”, añadió el Papa.

El Papa Francisco asiste a una oración por las víctimas de la guerra en la Plaza de la Iglesia, Mosul, Irak, el 7 de marzo de 2021.

En casa del ayatolá

Aún así, decidió continuar con los encuentros previstos, como el que tuvo “con los líderes religiosos del país en la llanura de Ur, la extensión desierta donde las ruinas de la casa de Abraham bordean la torre escalonada del maravilloso Zigurat sumerio”. Allí, apunta, “cristianos de diferentes Iglesias, musulmanes, tanto chiíes como suníes, yazidíes, se encontraron finalmente juntos bajo la misma tienda, en el espíritu de Abraham, para recordarnos que la más blasfema de las ofensas es profanar el nombre de Dios odiando al hermano.”

En Irak visitó al “Gran Ayatolá Ali al-Sistani, que la Santa Sede llevaba décadas preparando, sin que ninguno de mis predecesores lo hubiera logrado”. Él, confiesa, “me recibió fraternalmente en su casa, un gesto que en Oriente es aún más elocuente que las declaraciones y los documentos, porque significa amistad, pertenencia a la misma familia. Me hizo bien al alma y me hizo sentir honrado”. “Percibí su preocupación por la mezcla de religión y política, una cierta idiosincrasia que sentí que compartíamos por los “clérigos de Estado” y, al mismo tiempo, la exhortación común a las grandes potencias a renunciar al lenguaje de las guerras, dando prioridad a la razón y la sabiduría. Recuerdo en particular una de sus frases, que entonces me llevé como un precioso regalo: ‘Los seres humanos o son hermanos por religión o son iguales por creación’”.

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