El prelado alemán defiende el celibato, pero admite que “la cuestión del modo de vida de los sacerdotes quizá deba subordinarse a esta preocupación sacramental”
El recién nombrado obispo de la diócesis de Rottenburg-Stuttgart, Klaus Krämer, ha declarado que considera posible la ordenación de hombres casados como sacerdotes para afrontar la actual escasez de clérigos. En una entrevista con los diarios Stuttgarter Zeitung y Stuttgarter Nachrichten, publicada este martes, Krämer afirmó que “eso podría ser una manera de mantener la vida sacramental en determinadas situaciones, incluso en nuestra diócesis“.
El obispo Krämer, de 60 años, señaló que es fundamental asegurar la celebración de la Eucaristía presidida por sacerdotes, a pesar de la falta de vocaciones. “La cuestión del modo de vida de los sacerdotes quizá deba subordinarse a esta preocupación sacramental“, expresó el prelado, refiriéndose a los viri probati, hombres casados considerados “probados” en su fe y moralidad.
No obstante, Krämer destacó también su aprecio por el celibato sacerdotal, describiéndolo como “una forma de vida y un signo para la Iglesia“. En este sentido, subrayó que es esencial hacer todo lo posible “para que se pueda vivir bien”.
El nuevo obispo reconoció que la Iglesia ya está explorando formas alternativas de pastoral, involucrando a personas fuera del sacerdocio en actividades clásicas. “Se han ensayado muchas cosas y podemos ser aún más creativos“, afirmó Krämer, quien asumió el cargo el pasado 1 de diciembre en sustitución de Gebhard Fürst.
La diócesis de Rottenburg-Stuttgart es la tercera más grande de Alemania y cuenta con aproximadamente 1,6 millones de católicos. Abarca la región de Württemberg en el estado federado de Baden-Württemberg y comprende un total de 1.020 parroquias.