El cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, publicó la declaración ‘Fiducia supplicans’ un 18 de diciembre de 2023, tras un arduo proceso de consultas con expertos.
A un año de su publicación, este documento sobre bendiciones a personas en situaciones irregulares, sigue causando urticaria a algunos.
En febrero de 2024, el propio papa Francisco zanjó la cuestión, en perspectiva, durante una entrevista a la revista italiana Credere: “Nadie se escandaliza si le doy la bendición a un empresario que quizás explota a la gente: y eso es un pecado gravísimo”. Vida Nueva conversó con Rodrigo Guerra, laico mexicano y secretario de la Pontificia Comisión para América Latina.
Pregunta: ¿Qué tan sinodal puede ser ‘Fiducia supplicans’?
Respuesta: Algo que la mayoría de los comentadores y críticos de ‘Fiducia suplicans’ no advirtieron es que en los primeros renglones del documento, el cardenal Victor Manuel Fernández explica que se hizo una consulta a expertos y a una serie de actores relevantes. No todo documento en la Iglesia tiene que nacer de un proceso de consulta universal. En el caso de ‘Fiducia suplicans’ es una declaración de orden estrictamente pastoral. En materia doctrinal, no hay ninguna innovación.
La doctrina sobre el matrimonio que la Iglesia ha mantenido siempre, se mantiene intocada. La única novedad que existe es que el el ministro ordenado debe hoy sentirse con entera libertad para implorar la bendición de Dios para las parejas que se encuentran con alguna herida, con alguna irregularidad en su vida, sean heterosexuales o sean homosexuales.
Cualquier sacerdote misionero sabe que cuando realmente una persona se coloca de cuerpo y de alma en perspectiva de misión, una bendición espontánea, no litúrgica, de este tipo, es perfectamente normal. Quién se escandaliza muy posiblemente lo hace porque no comprende bien la naturaleza de la bendición (la cree un “premio” o una “aprobación”) o le falta experiencia misionera real.
Pregunta: Pero, algunos críticos son expertos pastores o académicos, ¿no te parece?
Respuesta: Algunos importantes teólogos y cardenales acusaron la declaración de herejía, cosa que no es conforme a la verdad, porque “Fiducia supplicans” no incorpora ninguna novedad en materia doctrinal, sino que es una orientación en materia pastoral. ¡Estas personas tan celosas de la doctrina cometen un error doctrinal al hacer un juicio excesivo!
Así las cosas, en mi opinión, con el tiempo se reconocerá que este documento y muchas otras acciones del papa Francisco son del todo proféticas. El Santo Padre responde al presente, y avanza de cara a los desafíos pastorales del futuro, a través de este tipo de decisiones prudenciales.
El Papa mira a un futuro que va a ser mucho más plural, mucho más diverso, y en el que la Iglesia tendrá que actuar muy posiblemente con una pastoral inédita, de aproximación a personas, muy pero muy alejadas de la vida de la Iglesia, que anhelan encomendarse a Dios desde situaciones muy complicadas.
Pregunta: Quienes se han opuesto a “Fiducia supplicans” dicen que es un pecado, ¿crees que la homosexualidad es pecado?
Respuesta: Esto es uno de los puntos más importantes que hay que esclarecer, lo voy a decir de la manera más sintética posible: ni la homosexualidad es pecado ni la heterosexualidad es virtud, por definición. Las condiciones subjetivas pre-volitivas, como la orientación sexual, no son objeto de calificación moral propiamente hablando. Sólo los actos de la persona consciente y libre son moralmente calificables. Esta es la doctrina más tradicional de la Iglesia sobre los fundamentos de la vida moral.
Cuando una acción libre posee materia grave, pleno conocimiento y deliberado consentimiento, constituye un “pecado mortal”, sea realizado por un homosexual o por un heterosexual. Cuando no hay pleno conocimiento o deliberado consentimiento, el pecado se torna “venial”, aunque exista materia grave.
Habiendo dicho esto, es preciso recordar, como decía san Agustín, que “sentir no es consentir”. La vida afectiva necesita de una hermenéutica adecuada para su comprensión justa, y para no lastimar a personas que en ocasiones viven dramas que requieren acogida pastoral antes que condena puramente moral. La adecuada acogida pastoral no niega la doctrina de la Iglesia. Pero hay que tener cuidado de no creer que la pura afirmación doctrinal basta.
El trabajo pastoral debe ser tan radical como lo fue la vida de Jesús, al dar su vida por todos. Pensemos en el encuentro de Jesús con la mujer adúltera (Jn 8, 3-11): primero la protege y la defiende ante quienes desean destrozarla; en segundo lugar, cuando se han ido sus ejecutores, Jesús le dice que Él no la va a juzgar o condenar; finalmente, la exhorta al cambio de vida. En ese orden. Nosotros como Iglesia, tenemos que hacer lo mismo.
P. ¿Qué opinas de esos sectores enconados contra el Papa y declarados en desobediencia activa?
R. Varios de los sectores más conservadores hicieron críticas al papa Francisco y al cardenal Víctor Manuel Fernández, enarbolando una supuesta fidelidad al magisterio de San Juan Pablo II y a Benedicto XVI. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la lectura que se hace de san Juan Pablo II y de Benedicto XVI es altamente ideológica, reduccionista y sesgada.
La prueba empírica de la ideologización ultraconservadora ha sido el “olvido” deliberado de la instrucción “Donum veritatis” de la Congregación para la doctrina de la fe firmada por el cardenal Joseph Ratzinger, y ratificada por el Papa San Juan Pablo II. En este documento se indica que toda crítica que se desee hacer a una disposición del Santo Padre puede hacerse, y más aún, puede enriquecer la maduración de la comprensión del depósito de la fe, mientras se realice sin utilizar medios de comunicación, acciones de presión o similares.
“Donum veritatis”, no es “Magisterio derogado”. En el fondo, lo que enseña este documento una aplicación de la norma evangélica sobre la corrección fraterna que podemos encontrar en Mt 18,15-20. Quienes han criticado vitriolicamente al cardenal Victor Manuel Fernández, al Papa Francisco y/o al documento “Fiducia supplicans” deberían explicar previamente quién les ha dado autorización para no abrazar la enseñanza del evangelio y del Magisterio en este punto. En otras palabras, no es a través de presiones politiqueras como se ayuda al Ministerio del Papa. Además, por supuesto, en mi opinión ‘Fiducia suplicans’ no posee ningún error pastoral o doctrinal.
P.- ¿Cuál es tu llamado a los que piensan distinto?
R.- Cada persona “piensa distinto” porque “lo recibido se recibe al modo del recipiente”, enseña Aristóteles. Es normal “pensar distinto”. Lo que no es normal es transformar nuestras diferentes opiniones en agresiones y descalificaciones violentas e irracionales. Este principio general de convivencia elemental, cuando se aplica al Magisterio eclesial, además ha de considerar que el Papa es el Sucesor de Pedro, Pastor universal de la Iglesia.
No se vale afirmar supuestamente la verdad con valentía, con arrojo, con “parresía”, y faltar a la caridad. La verdad sin caridad destruye. Por otra parte, la Iglesia no es un reducto de seguidores sólo de la verdad, sino de la Verdad encarnada que se anuncia con caridad extrema. La Verdad encarnada escandaliza siempre a los gnósticos que no pueden tolerar que la Iglesia sea conducida por un frágil pescador de Galilea o por un obispo latinoamericano y jesuita. El gnosticismo postulará siempre una eclesiola incontaminada, una aristocracia de puros. La Iglesia católica, por el contrario, está llamada a ser siempre el hogar de los pecadores. El hogar de las “ovejas perdidas” que necesitan de abrazo y de paciencia para reencontrarse, a lo mejor muy lentamente, con Jesucristo.