Los obispos de la arquidiócesis de Tucumán, el arzobispo Carlos Sánchez y su auxiliar Roberto Ferrari, José María Rossi sj, obispo emérito de Concepción, el p. José Ignacio Abuin y miembros de la pastoral social participaron de la Mesa de Diálogo con los políticos de la provincia.
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De esta convocatoria eclesial participaron distintos actores políticos, incluidos el el gobernador Osvaldo Jaldo, el vicegobernador Miguel Acevedo, legisladores nacionales y provinciales, los Ministros de Educación y Desarrollo Social, Susana Montaldo y Federico Masso, respectivamente; la Fiscal de Estado, Gilda Pedicone; la secretaria de Culto Roxana Díaz, el secretario de participación ciudadana, José Farhat; jóvenes del grupo Amistad Social y público en general.
Encuentro y diálogo
El encuentro, reunido bajo la consigna “Política y Amistad Social”, tuvo lugar en la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), cuyo rector, Francisco López Cruz, dio la bienvenida a los presentes. Comenzaron la reunión con la Oración por la Patria, animada por el obispo Rossi.
El p. Abuin explicó las motivaciones de este encuentro, tomando el ejemplo de la histórica Casa de Tucumán, emblema de la historia argentina en la que, después de un proceso de encuentro y diálogo, se declaró la independencia y se gestó la conformación de un tipo de gobierno y modelo político que llega hasta nuestros días.
Por su parte, el arzobispo Sánchez habló de las condiciones para el diálogo y la amistad social, tomando como base la Encíclica Fratelli Tutti, propuesta por el papa Francisco. Se refirió a la vocación política como como un llamado al servicio para el bien de los demás. Manifestó que este encuentro es esperanzador porque percibe en todos muchos deseos de trabajar por el bien de los tucumanos.
Seguidamente, se abrió el diálogo para que los políticos expresaran con qué dificultades se encuentran frente al desafío de la construcción de la amistad social.
Enumeraron distintas dificultades: prejuicios, para aceptar miradas distintas, la injusticia, la falta de oportunidades para todos, el individualismo, la falta de empatía y solidaridad, la falta de valores en la comunidad, la polarización en las ideas, el discurso violento y denostante, los egos exacerbados, la agresividad, el mal desempeño y ejemplo de los políticos. Se acentuó, particularmente, la falta de respeto a la dignidad del hombre y la falta a la verdad.
El Padre Abuin concluyó la primera parte afirmando que imperaba la pérdida del sentido de la vocación, lo que se traduce en la pérdida de credibilidad y autenticidad, priorizando la rentabilidad.
Hacia la amistad social
En cuanto a las propuestas para aportar a esta convivencia fraterna, los presentes brindaron distintas sugerencias: dejar de lado agresiones y calumnias; cuidar la democracia y el respeto por las instituciones; legislar sobre las redes sociales y la IA; salir de las políticas partidarias y pasar a las políticas públicas; priorizar el bien de todos.
Asimismo, se comprometieron a llevar adelante el acta de acuerdo al que convocó la Iglesia. Allí se destacaron entre varios puntos: el respeto a la ley, la práctica de la solidaridad, dejar el discurso del odio, trabajar desde los consensos y no desde la mayoría de votos.
El obispo Ferrari reafirmó que la amistad social humaniza, le da más valor a la justicia, a la convivencia, a la dignidad humana; me obliga a tocar la realidad del otro y a dejarme tocar por su humanidad. La amistad social facilita el diálogo y acerca a las personas.
Por su parte, el gobernador Jaldo agradeció la convocatoria y la participación. Hizo hincapié en la responsabilidad que le delegaron los tucumanos por el voto popular. Indicó que están en un país y en mundo marcados por la guerra y la economía, ambas globalizadas, lo que nos obliga a ampliar el diálogo.
Aseguró que “Si no salvamos a Argentina no se salva nadie, por eso el gobierno tucumano tiene una disposición de diálogo con el gobierno nacional”. Agregó que, desde los distintos roles, todos pueden aportar por el bien de Argentina y de Tucumán.
Como cierre, el obispo Rossi destacó dos puntos:
- aun con pensamientos distintos, impera el espíritu de diálogo y el deseo de acuerdo
- la militancia política es una vocación, por lo que es importante reencontrarse una y otra vez con esta primera decisión de involucrarme en la construcción de la democracia.
El encuentro finalizó con una oración, encabezada por el arzobispo tucumano, quien destacó que estas reuniones hacen bien porque “nos recrean y nos dinamizan”.