“El cristianismo no es una ideología, es una vivencia”. Es el punto de partida de una reflexión que compartió Francisco en el Canal Orbe 21 de Argentina, en el transcurso de una entrevista en la que ahondó sobre algunas de las amenazas para vivir la fe hoy.
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“Cuando ves jóvenes que pertenecen a estas organizaciones más ideológicas que cristianas son pequeños monstruitos aferrados a la idea”, expuso a la la periodista Bernarda Llorente. Junto a esta advertencia, también apuntó que “el peligro es cuando alguna religión se transforma en algo así como política de Estado, entonces lo religioso está unido a lo político, eso no ayuda”.
Protestas legítimas
Además, el Pontífice no dudó en criticar la hoja de ruta en materia económica y educativa del presidente argentino Javier Milei: “Es un suicidio programado de un país. No se puede hacer ajuste en el desarrollo educativo de un país, es criminal“.
Es más, Jorge Mario Bergoglio mostró su apoyo a las protestas encabezadas por los jóvenes: “Se dan cuenta y se oponen, arman lío, reclaman. Porque la educación es un alimento. Es lo mismo que quitarle la comida a la gente. Es la comida del alma, de la mente, del espíritu”.
¿Hacia una dictadura?
En el marco de esta meditación, Francisco apuntó que “a veces, en los países un poco dictatoriales, ya sea con dictaduras confesadas o dictaduras encubiertas, la educación es una de las víctimas principales”. “O te la hacen ideológica para cambiar la cabeza, o te la van podando lentamente, en el caso liberal, ¿no?, y solamente los hijos de los ricos pueden tener un acceso educativo superior”.
Por otro lado, en el marco de un análisis sobre la realidad global, el Papa se mostró preocupado por “los innumerables llamados a la paz de las organizaciones internacionales entren por un oído y salgan por el otro”. En este sentido, denunció que “hay también una hipocresía de base: hablamos de la paz, pero armamos la guerra”.
Torre de Babel
A la par, compartió que “veo una tendencia universal a la autodestrucción por la guerra”, hasta tal punto que le lleva a asegurar que “si este gran universo que hemos fabricado no terminará siendo una Torre de Babel, ¿no?. Pero son ideas nomas que me vienen”.
En su radiografía a las tendencias de pensamiento actuales, el Papa también se adentró en el creciente negacionismo: “Siempre es venenoso. Cuando uno niega una realidad, una historia, una situación concreta, se está pateando en contra. Una situación histórica no resuelta a tiempo, es repetitiva de errores anteriores, es una amenaza. El negacionismo es suicida. Solamente la realidad te va a ayudar a encontrar una salida a los conflictos”.