A pesar de la llovizna, unas 3.000 personas participaron el pasado sábado, 21 de diciembre, por la tarde en la celebración ecuménica convocada para rezar por las víctimas del atentado ocurrido mercadillo navideño Magdeburgo (Alemania). El acto se celebró al aire libre frente a la catedral protestante de San Mauricio y Santa Catalina con la presencia del obispo católico, Gerhard Feige.
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El pasado viernes, 20 de diciembre, se produjo un atentado en el mercadillo navideño, un atropello múltiple que se ha saldado con cinco muertos –entre ellos, un niño– y 200 heridos –41 aún en estado grave–. El sospechoso principal es un médico saudí de 50 años que llevaba un artefacto explosivo en el vehículo que conducía, según las autoridades alemanas.
Frente al odio
En la liturgia –que empezó a las 19:03 h, hora del atentado, con un repique de campanas de todas las iglesias de la ciudad–, tanto el obispo protestante como el católico invitaron a no ceder al odio siguiendo el mensaje de la Navidad, según recoge La Croix. La celebración, en la que reinó un silencio respetuoso, contó con el Presidente de la República, Frank-Walter Steinmeier, el Canciller Olaf Scholz, la alcaldesa de Magdeburgo, Simone Borris –encargada de encender cinco velas en recuerdo de los fallecidos–, así como bomberos, socorristas, familiares y amigos de las víctimas.
Feige señaló que “el brutal atentado de anoche nos deja tristes y furiosos, angustiados y asustados, inseguros y desesperados, sin palabras y atónitos, y profundamente afectados. Es con sentimientos imposibles de comprender que estamos aquí esta noche en la catedral”. El protestante Friedrich Kramer pidió que los “perpetradores de la violencia” sean “derribados de sus tronos” ya que “el único espacio libre de violencia es nuestro corazón. Dejémoslo abierto a la paz”.