Así será el ‘outfit’ de Francisco para la apertura de la Puerta Santa

El ancla junto a las figuras de san Pedro y san Pablo, así como los bordados en oro y verde dominan los paramentos litúrgicos que empleará el Papa

Así será el ‘outfit’ de Francisco para la apertura de la Puerta Santa

Las imágenes de Juan Pablo II abriendo la Puerta Santa de la basílica de San Pedro a las puertas del año 2000 dieron la vuelta al mundo y sus ornamentos litúrgicos llamaron mucho la atención –tanto que la mitra se conserva en el llamado Sagrario apostólico–. Por ello, la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice lleva tiempo preparando los ornamentos que empleará el papa Francisco en el inicio del Jubileo de la Esperanza. Se trata de un conjunto compuesto por la capa pluvial, la mitra, la casulla, las dalmáticas de los diáconos y el Evangeliario. ¿Conseguirán el efecto de las vestimentas litúrgicas de la reapertura de Notre Dame?



El diseño de las vestiduras es una obra de la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice y se emplearán también en el rito de clausura del Año Jubilar. El proyecto se inició a principios de 2024 bajo la dirección de Diego Ravelli, Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias. Un “taller especializado” realizó la confección de las vestiduras y unas religiosas franciscanas que están a punto de celebrar su centenario se encargaron del acabado. Un cincelador especializado y un “buen encuadernador” realizaron el Evangeliario.

Juan Pablo II tras abrir la Puerta Santa del Jubileo del año 2000

Juan Pablo II tras abrir la Puerta Santa del Jubileo del año 2000

Anclas y verde esperanza

“Confeccionadas con gran esmero, estas vestiduras no son una simple obra de arte, ya que en ellas se combinan tradición e iconografía para convertirse en un profundo símbolo de la fe cristiana”, señala el consultor de la Oficina Sandro Barbagallo. Elementos como el ancla –símbolo de la esperanza–, las figuras de los santos Pedro y Pablo o los bordados en oro y verde –colores que dominan en las pinturas del siglo XVII de las grutas vaticanas– han sido elegidos con sumo cuidado. Estos elementos conviven en la capa pluvial o en la estola de la casulla reflejando algunas de las anclas en forma de cruz que empleaban ya los cristianos del siglo I en los epitafios de las catacumbas.

Destaca también el ancla que ocupa el centro de la cubierta superior del Evangeliario de plata junto al escudo del papa Francisco. Este libro con la mitra y la capa llevan además piedras naturales de ágata verde, color de la esperanza. Las piedras preciosas se combinan con el hilo de oro, “símbolo de gloria y divinidad” según atestigua tanto el Antiguo como en el Nuevo Testamento, según explica Barbagallo. Además, el hilo verde en los bordados secundarios “simboliza la esperanza, la vida y el renacimiento, y está estrechamente vinculado al mensaje central del Jubileo: un tiempo de renovación espiritual en Cristo”. “El Jubileo de 2025 es, en efecto, una ocasión para redescubrir la esperanza cristiana, una esperanza que, enraizada en la Pascua de Cristo, nunca defrauda, sino que permanece siempre verde como las plantas creadas por Dios para alimentar y sostener la vida en la tierra”, escribe el consultor litúrgico.

Plata y morado

Las imágenes de san Pedro y san Pablo se plasman sobre un fondo morado, color que “expresa tradicionalmente a la vez penitencia y preparación, recordando el proceso de conversión que el Jubileo propone como camino de salvación”. La presencia de este color en los textos bíblicos también es amplia. Los apóstoles aparecen bordados con los elementos identificativos clásicos: “Pedro, con las llaves, representa la autoridad y el liderazgo del Papado, mientras que Pablo, con la espada, simboliza el martirio y la predicación del Evangelio hasta los confines del mundo conocido”, explica el liturgista.

La plata empleada en el libro de los Evangelios es, sin embargo, “símbolo de purificación espiritual”. Esta plata, señala el experto, “nos recuerda que, si bien las pruebas y tribulaciones pueden servir para refinar nuestra fe y carácter, al mismo tiempo este proceso sólo puede tener lugar siguiendo las enseñanzas de la Palabra de Dios”.

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