España

El deseo de Luis Argüello para la Navidad: “Sed vosotros casa de hospitalidad”

El presidente de la Conferencia Episcopal Española destaca en su mensaje que “el niño que viene quiere acoger, que le acojamos, mejor dicho, en nuestras casas, en la casa de nuestro corazón





El arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha felicitado la Navidad en nombre de todos los obispos españoles a través de un mensaje emitido por Trece televisión. Un gesto heredado de los presidentes anteriores y que ya se está volviendo tradicional y que los medios del episcopado transmiten tras la Misa de Nochebuena del papa Francisco y el mensaje institucional del rey Felipe VI pasadas las nueve de la noche.



Llega Navidad y “hemos de alegrarnos por esta buena noticia” señala el arzobispo quien se dirigió en nombre de “la Iglesia que peregrina en España, a aquellos que pensáis que para vosotros no es la Navidad” por “la soledad o la ausencia de algún ser querido”. Para ellos, reiteró Dios “está en lo más profundo de nuestros corazones” y lo hace “naciendo entre unos agujeros de las peñas que hacen de establo”.

Casa de hospitalidad

El presidente se ha acordado de quienes sufren en su familia o por situaciones como la falta de vivienda o de trabajo y les recuerda “que Dios nos tiene manifestado en su corazón” y “nos propone que seamos una casa de hospitalidad, que lo divino que viene a nosotros precisa de una casa, de una casa que acoja su presencia, una casa de hospitalidad”. “El niño que viene quiere acoger, que le acojamos, mejor dicho, en nuestras casas, en la casa de nuestro corazón, siendo una casa de hospitalidad desde los rasgos concretos de nuestra vida”, añadió.

“El que quiere venir a la casa de hospitalidad se hace Él para nosotros casa hospitalaria”, reiteró Argüello. Por ello pidió:“sed vosotros casa de hospitalidad para los que a vuestro alrededor necesitan ser acogidos” como en el caso de las madres embarazadas que se plantean el aborto, los que buscan casa o quienes han emigrando y están “desconcertados porque soñaban con un paraíso y se encuentran con extraordinarias dificultades”. “Vivamos una alegría que es compatible con las lágrimas en los ojos, con el dolor de las manos. Porque Él viene a darnos una alegría que no depende de lo de fuera, sino que es un acontecimiento íntimo si nuestro corazón se vuelve casa de hospitalidad”, reiteró antes de concluir: “Feliz, alegre y Santa Navidad, queridos amigos, queridas familias”.

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