Legisladores de El Salvador ignoran a la voz de la Iglesia: dan luz verde para la explotación de minas

“La más grande riqueza de un pueblo es la vida de las personas y su salud; eso vale más que todo el oro del mundo”, recuerdan los obispos al gobierno

Arzobispo José Luis Escobar

El Poder Legislativo de El Salvador aprobó en la última sesión del 2024 la Ley General de Minería Metálica, a pesar de las manifestaciones y protestas de diversos sectores, que se oponen a la explotación de las minas por considerar que esto traerá graves daños ambientales.



Previo a su aprobación, este 23 de diciembre, la Iglesia católica salvadoreña convocó a una jornada de oración en las misas dominicales, al tiempo que pidió a los fieles hacer uso de las redes sociales para expresar su rechazo a dicha ley, que ahora sólo espera la firma del presidente Nayib Bukele y su publicación en el Diario Oficial para entrar en vigor.

Cabe recordar que desde 2017, El Salvador prohibió la explotación minera con la finalidad proteger el medio ambiente de la contaminación que produce esta industria; no obstante, para el mandatario Bukele, esta es una medida absurda, pues “Dios colocó un gigantesco tesoro bajo nuestros pies”, que no se está aprovechando, ha dicho.

Los argumentos de la Iglesia

El pasado 12 de diciembre, los obispos de El Salvador dejaron clara su oposición a la derogación de la Ley de prohibición de la minería metálica aprobada en marzo del 2017, pues -dijeron-, los estudios y evaluaciones ambientales han demostrado que es el segundo país con mayor deterioro ambiental en todo el continente americano.

Cartel: no a la minería. El Salvador

Cartel: no a la minería. El Salvador. Foto: EFE

Para el episcopado, la minería tendría un impacto de gravísimas consecuencias sobre los pocos recursos hídricos y por consecuencia en la salud en la vida de los salvadoreños y en la biodiversidad.

“La práctica de cualquier tipo de minería sería en nuestro país gravemente dañina y de consecuencias irreversibles contra la salud y la vida de la población. Además, tendría un gravísimo impacto destructivo en el medio ambiente, la fauna y la flora”, apuntaron.

“Un veneno letal”

El pasado domingo, el presidente del Episcopado de El Salvador, el arzobispo José Luis Escobar, hizo un llamado a orar para que el Señor proteja al país “para que no se permita que vengan empresas transnacionales a llevarse los metales preciosos, dejándonos el veneno que causará tanto daño a todos, poco a poco, se va filtrando y contaminando los mantos acuíferos, que Dios no permita eso”.

Y es que -explicaron los obispos en el comunicado- “la extracción de los metales se realiza utilizando grandes cantidades de agua en la que se diluyen grandes porciones de cianuro, arsénico, mercurio y ácido sulfúrico, todos ellos son necesarios para disolver la roca y separar de ella el oro; esos químicos son sumamente tóxicos y letales. Después del proceso de extracción queda la gran cantidad de agua convertida en veneno letal. Veneno que perdura por siglos y conserva su letalidad. Se procura retener esa agua venenosa en grandes pilas, pero por uno u otro motivo termina derramándose y contaminando de la peor manera”.

Por ello, los obispos han sido contundentes: “Por todo lo anterior y con el mejor deseo para todos, expresamos nuestro no rotundo a la explotación minera en el país. Estamos a favor del desarrollo económico; sin embargo, la más grande riqueza de un pueblo es la vida de las personas y su salud; eso vale más que todo el oro del mundo”.

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