En medio de un nuevo ataque masivo de misiles y drones rusos, Ucrania celebró otra Navidad marcada por el sufrimiento. En Kiev, los fieles se congregaron en el refugio antiaéreo situado bajo la catedral patriarcal de la Resurrección de Cristo para participar en los servicios matutinos de la Natividad.
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“Hoy el Señor nos llamó a ir al lugar donde la gente encontró refugio”, declaró Sviatoslav Shevchuk, el arzobispo de la Iglesia greco-católica ucraniana. “Fue allí donde Jesús recién nacido quiso que lo encontráramos: en el refugio antiaéreo. Nació entre niños, ancianos y mujeres“. El pastor compartió así las tesis del papa Francisco que, en su tradicional mensaje Urbi et Orbi, hizo un llamado a que “callen las armas en la atormentada Ucrania” e instó a buscar una “paz justa y duradera” a través del diálogo y la negociación.
En su sermón, Shevchuk reconoció la dureza de celebrar la Navidad “en medio de sangre y lágrimas”, pero subrayó que el nacimiento de Cristo renueva la esperanza de los ucranianos. “Incluso cuando la oscuridad se acumula a nuestro alrededor, solo hace que la luz de Cristo brille aún más”, afirmó.
El líder religioso dedicó palabras de aliento a quienes defienden Ucrania desde las trincheras, a los heridos en hospitales, a los desplazados internos y a todos los que han perdido seres queridos o sus hogares debido al conflicto. “¡Señor, ven a nosotros hoy! ¡Danos tu alegría y bendice nuestra tierra con tu paz celestial y justa!”, exclamó al final de su mensaje.
Nuevos ataques
Mientras tanto, dos enviados del pontífice, el cardenal Konrad Krajewski y el nuncio apostólico Visvaldas Kulbokas, llevaron un mensaje de apoyo a la diócesis de Járkov. “Allí donde Dios nace, el poder del mal se debilita. Realmente necesitamos paz hoy, especialmente en nuestros corazones“, dijo el cardenal, quien distribuyó entre los fieles iconos del papa Francisco como símbolo de unidad entre el Vaticano y la Iglesia en Ucrania.
La celebración navideña estuvo empañada por un ataque masivo con misiles y drones rusos que afectó a varias regiones del país, incluyendo Járkov. La Fuerza Aérea de Ucrania informó haber derribado 113 de los 184 misiles y drones lanzados, aunque los impactos causaron daños significativos y nuevas pérdidas humanas.