Han sido premiados por la crítica, aunque no tanto por el gran público porque “nuestra sociedad no entiende mucho la vida religiosa”. “Por eso, el cine cuando aborda este tema usa muchas veces clichés o visiones parciales”. Es la explicación de la religiosa Patrizia Rossi, salesiana, apasionada del cine, y delegada del CIOPS (Centro Italiano Opere Femminili Salesiane), encargada de los cinefórums para jóvenes.
PREGUNTA.- En lo que respecta a la vida religiosa femenina, un ámbito que el cine ha tocado a menudo es el de los abusos. ¿Dónde podemos encontrar esta temática?
RESPUESTA.- A pesar de las limitaciones que mencionaba, hay películas de gran calado cinematográfico que han abordado estos temas, incluso han ganado premios, pero no se han estrenado en cines o en todo caso no han tenido el éxito que merecían. El aspecto representado es principalmente el del sacrificio, que también aparece en los títulos –’Agnus Dei, Agnes de Dios’– o en las bandas sonoras como en el caso de Luis Buñuel, que elige el ‘Réquiem de Mozart’ en ‘Viridiana’.
Otro tema recurrente es el conflicto de conciencia de la religiosa abusada, que surge de una elección impuesta ligada a una relación enfermiza con un superior. Hay una referencia constante a la manipulación de la voluntad de Dios en organizaciones enfermas. Generalmente estas películas muestran que algo ya estaba sucediendo antes, independientemente del evento desencadenante. La culpa, según parecen decirnos las películas, no reside solo en la religiosa, sino también en el contexto.
P.- En su opinión, ¿qué película ha reflejado mejor este tema?
R.- No es reciente. Sería ‘Historia de una monja’, de Fred Zinnemann, con Audrey Hepburn. Es la historia de Lucía, una mujer inteligente que se convierte en una religiosa rebelde por no secundar la voluntad de la superiora. Aunque está ambientado en 1959, considero que es filme que mejor refleja los rasgos del abuso psicológico dentro de una comunidad.
P.- ¿Habría otras obras?
R.- Casi todas las películas que han tratado estos temas, con distintos matices, contienen algo de verdad sobre el abuso. Por ejemplo, ‘Agnes de Dios’, de Norman Jewison, estrenada en 1985, nos lleva al interior del convento a través de los ojos de una psiquiatra interpretada por Jane Fonda. Una joven monja da a luz a un niño que muere y el asunto se encubre y se descarta como la voluntad de Dios. Es interesante cómo se aborda el sentimiento de culpa y el tema de la generatividad. La película se acerca al conflicto entre fe y ciencia y deja al espectador con muchas preguntas abiertas.
P.- ¿Qué película le ha impresionado más?
R.- ‘Más allá de las colinas’, de Cristian Mungiu. Se estrenó en 2012 y recibió el premio a la mejor interpretación femenina y al mejor guión en la edición número 65 del festival de Cannes.
No es una película que se pueda catalogar como película estrictamente religiosa. Está inspirada en una trágica historia ocurrida en 2005 en una comunidad de religiosas ortodoxas, en el convento de la Santísima Trinidad en el este de Rumania. La historia real me impactó por su brutalidad. La protagonista es crucificada al final, acusada de estar poseída por el diablo. Pero más allá de esto, la película, que matiza mucho la brutalidad de la historia original, es capaz de transmitir el clima de silencio y cómo los abusos físicos y psicológicos provocan incluso que se llegue colectivamente a la decisión de “sacrificar” a una hermana que, en la película, termina muriendo por las heridas infringidas.
P.- ¿Nos puede recomendar otros títulos?
R.- Diría que ‘Viridiana’, de 1961, ganadora de la Palma de Oro en Cannes. Un merecido premio por la forma en la que se describe la evolución del abuso que se produce fuera del convento, por parte de un familiar, siguiendo lo que dice la superiora al inicio de la película: “Intenta ser cariñosa con tu tío”.
También ‘Las hermanas de la Magdalena’, de Peter Mullan. Se estrenó en 2002 y es una película que denuncia los abusos sufridos por niñas huérfanas o repudiadas por sus familias, enviadas a las Casas de la Magdalena, donde trabajaban como lavanderas no remuneradas. Se trata de una herida que hoy sigue abierta en Irlanda. Una obra maestra en mi opinión es ‘Ida’, de Paweł Pawlikowski, ganadora del Oscar en 2015. La película profundiza en la interioridad de esta mujer con un uso soberbio del blanco y negro, suspendida entre la duda de un pasado y un futuro ya escrito.
‘Las inocentes de Dios’ de Anne Fontaine, de 2016, está dedicada a las monjas polacas que sufrieron abusos durante la Segunda Guerra Mundial. Trata del dilema que provoca el embarazo de una monja tras una violación. Es conmovedora la escena en la que sor María le revela a Mathilde, la médica atea, lo que significa vivir creyendo: “Veinticuatro horas de duda para un minuto de esperanza”. Me llama la atención que la duda sea un ‘leitmotiv’ en estas películas.
*Entrevista original publicado en el número de julio de 2024 de Donne Chiesa Mondo. Traducción de Vida Nueva