La música electrónica en España no podría entenderse sin uno de sus grandes pioneros: Dj Nano. José Luis Garana de los Cobos –nombre real de este madrileño– lleva activo desde mediados de los años 90, dejando su huella en las discotecas más icónicas del país y en los festivales más multitudinarios del panorama internacional. Con una carrera que abarca más de 25 años, ha recorrido el mundo, ha hecho bailar a millones de personas y ha compartido cabina con figuras de la talla de Steve Aoki, David Guetta o el recordado Avicii. Actualmente, además de su celebrado espectáculo anual ‘Oro Viejo’, se lanza a una nueva aventura creativa en el mundo del cómic con ‘Tokyo Madness’, junto a Beatriz Gutiérrez y Rafa Jiménez.
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PREGUNTA.- ¿Cómo surge la idea de ‘Tokyo Madness’?
RESPUESTA.- Justo después de finalizar el primer trabajo con la editorial Planeta, un libro autobiográfico publicado hace tres años. Tanto el libro como la experiencia fueron geniales, así que decidimos embarcarnos en un nuevo proyecto. Salir de la autobiografía para hacer un cómic me fascinó, porque me permitió ofrecer algo en un formato atractivo para niños y adultos. Fueron dos años de trabajo hasta tenerlo listo.
Realidad y ficción
P.- ‘Tokyo Madness’ mezcla realidad y ficción: han combinado sus viajes a Japón con una invasión alienígena…
R.- Es cierto que mezcla ambos elementos. La parte real viene de mi vida y de esos viajes frecuentes a Japón y otros rincones del mundo para tocar. La parte de ficción, como los alienígenas, aún no la he vivido en la realidad (aunque quién sabe, quizá no sé reconocerlos). Esta combinación me permitió contar una historia dinámica que ofrece entretenimiento mientras muestra retazos de mi vida profesional.
P.- En el cómic, la música se presenta como un arma transformadora. ¿Cómo le ha cambiado la música a Dj Nano?
R.- La música me ha salvado la vida. Llevo casi 30 años trabajando en esto, y es algo que me transformó por completo desde joven. En el primer libro, conté cómo me ofreció un camino cuando estaba en un ambiente en el que las opciones no eran claras ni buenas. Fue un flechazo que marcó mi existencia, y a día de hoy me siento muy afortunado por ello. (…)
Su “templo”
P.- ¿Es un hombre creyente?
R.- Vengo de una educación católica muy intensa, pero con el tiempo tomé otros caminos. Sí mantengo una disciplina (buena alimentación, deporte y descanso), que me hace considerar mi cuerpo y mi vida casi como “un templo”.
