“Una familia que no se comunica no puede ser una familia feliz”, la clave que da Francisco en el ángelus

El Papa propone el ejemplo de María y José en la escucha mutua frente al resentimiento y el orgullo

“Una familia que no se comunica no puede ser una familia feliz”, la clave que da Francisco en

El papa Francisco ha rezado el ángelus en la fiesta de la Sagrada Familia con los fieles presentes en la Plaza de San Pedro en el Vaticano. Tras la oración, en el momento de los saludos, el pontífice reivindicó que la familia es la “célula de la sociedad” y se unió a las familias que lamentan la pérdida de un ser querido en el accidente en Corea del Sur y a las que sufren por la guerra en Ucrania, Palestina, Israel, Myanmar, Sudán, el Kivu del Norte (República Democrática del Congo). El Papa se despudió deseando un “sereno fin de año”.



Familia en diálogo

Recordando la celebración litúrgica y el evangelio que muestra a Jesús con 12 años entre los doctores del templo (cf. Lc 2,41-52), el Papa señaló que esta escena “es la experiencia de una familia que alterna momentos tranquilos con otros dramáticos. Parece la historia de una crisis familiar actual, de un adolescente difícil y de dos padres que no logran comprenderle”. Ante esto destacó que la Sagrada Familia de Nazaret es “modelo” porque “es una familia que dialoga, que habla. El diálogo es el elemento más importante para una familia. Una familia que no se comunica no puede ser una familia feliz”.

Angelus Navidad Plaza San Pedro

“Es hermoso cuando una madre no empieza con un reproche, sino con una pregunta. María no acusa ni juzga, sino que intenta comprender cómo acoger a este Hijo tan diferente a través de la escucha”, prosiguió el pontífice. El evangelio, añadió, señala “que en la familia es más importante escuchar que entender. Escuchar es dar importancia al otro, reconocer su derecho a existir y a pensar por sí mismo. Los niños lo necesitan”. Por ello, añadió, “un momento privilegiado para el diálogo y la escucha en la familia es la hora de comer. Es bueno estar juntos a la mesa y hablar. Esto puede resolver muchos problemas y, sobre todo, une a las generaciones: los hijos que hablan con sus padres, los nietos que hablan con sus abuelos, los tíos con los sobrinos… No te quedes nunca encerrado en ti mismo o, peor aún, con la cabeza en el móvil. Habla, escúchate, ¡este es el diálogo que te hace bien y te hace crecer!”, clamó

“No nos extrañemos si a veces nos pasa en la familia que no nos entendemos. Cuando nos suceda, preguntémonos: ¿nos hemos escuchado? ¿Afrontamos los problemas escuchándonos o nos encerramos en el mutismo, el resentimiento, el orgullo? ¿Nos tomamos tiempo para dialogar? Lo que podemos aprender hoy de la Sagrada Familia es la escucha mutua”, concluyó el Papa a la vez que encomendó las familias a la Virgen María.

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