“Familia, fuente de esperanza”. Este es el lema de la Jornada de la Sagrada Familia, que la Iglesia celebra el domingo, 29 de diciembre, a los pocos días de la Navidad. Por ello, desde la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española han publicado un mensaje de los obispos de este grupo que preside el obispo de Canarias, José Mazuelos; y que lo forman Gerardo Melgar (Ciudad Real), Ángel Pérez-Pueyo (Barbastro-Monzón), Santos Montoya (Calahorra y La Calzada-Logroño) y Antonio Prieto (Alcalá de Henares).
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Frente a la soledad
Ya dentro del Año Jubilar, los prelados destacan que la “Sagrada Familia de Nazaret nos guía en este camino hacia el encuentro con Cristo, la fuente de toda esperanza”, precisamente “en medio de una transformación profunda que puede afectar no solo a la sociedad, sino también al corazón de las personas”. Por ello, reclaman, “es necesario recordar que la familia es la comunidad que une persona y sociedad. La propuesta cristiana muestra la familia como lugar de encuentro y apertura, donde se vive la reciprocidad, el amor y la fecundidad”.
La familia puede ser “una fuente de esperanza en una sociedad herida por el aislamiento, la soledad y la ruptura de los lazos comunitarios. La familia es la primera y fundamental estructura en la que se aprende el sentido de la solidaridad, la gratuidad y el cuidado del otro. Allí donde el amor es verdadero y se comparte, surge la esperanza”, destacan.
Los dones de Dios
Cristo, señalan, “es el jubileo permanente, porque es la misericordia del Padre que hace restaurar los dones de la gracia”, reivindican desde el sentido del jubileo. “¡El Señor siempre tiene razones para volver a comenzar su obra de amor en nosotros y con nosotros en la misión!”, destacan. Por ello, “la vivencia del año jubilar es una invitación a fortalecer los lazos de amor en nuestras relaciones y a reconocer la dignidad de cada persona, especialmente en un momento en que las dinámicas sociales pueden llevar a la división y al desencuentro”.
“En la familia es donde experimentamos este amor incondicional, que es reflejo del amor infinito de Dios”, apuntan en el mensaje. Por ello, en esta Navidad, invitan a que “movidos por el amor busquemos caminos concretos para compartir nuestro tiempo y nuestros bienes con los más pobres y desfavorecidos”.