“Señor, tú eres el Dios que camina con los oprimidos; manda al Salvador que nos libere de este yugo que nos han impuesto nuestros opresores”, con esta frase inicia el documental ‘Nicaragua: un dictador contra la Iglesia‘, y quien pronuncia estas palabras es un sacerdote que da su testimonio anónimo desde un lugar cercano a su país de origen, posiblemente Costa Rica o Guatemala.
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Publicado en la plataforma de videos Arte.TV el 6 de diciembre de 2024, el reportaje realizado por el periodista francés Antoine Boddaert, explica en 26 minutos cómo en Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo ha desatado su maquinaria represiva contra la Iglesia católica para desaparecerla, luego de que ésta condenara las represiones del gobierno contra las manifestaciones populares provocadas por una reforma al sistema de seguridad social, las cuales dejaron más de 300 muertos y miles de opositores arrestados en 2018.
El reportaje también da cuenta de cómo, desde 2022, más de doscientos sacerdotes y religiosas han abandonado el país, forzados o por voluntad propia, para preservar su integridad física. Muchos de ellos incluso han sido despojados arbitrariamente de su nacionalidad, como el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez.
“El régimen tiene informantes por todas partes”
El trabajo periodístico no fue fácil, pues incluso le costó a Antoine Boddaert la tortura en la cárcel. De acuerdo con la abogada nicaragüense en el exilio, Martha Patricia Molina, una de las entrevistadas en el documental, esto ocurrió en agosto de 2024, y de no haber sido por la intervención de las autoridades francesas, a Boddaert “lo hubieran desaparecido para siempre“.
Casi al final del documental, el propio periodista narra lo que vivió cuando las autoridades se enteraron de que se encontraba en el país realizando una investigación sobre la persecución contra la Iglesia católica: “El régimen tiene informantes por todas partes. Ha llegado a sus oídos nuestro reportaje. A tres kilómetros de Costa Rica, presionado por un informante, a mi taxi no le queda otra que entregarme a las autoridades”.
Boddaert cuenta que, una vez que verificaron su identidad, observó que en los teléfonos de los policías pudo ver fotografías de él y capturas de pantalla de videovigilancia. Esposado, fue trasladado hasta Managua, donde fue acusado de terrorismo, lo que equivale a una pena de 25 años de prisión.
Testimonio de periodistas y un sacerdote
“Me encarcelan y no puedo contactar con el exterior… no me dejan dormir, me atan de manos y pies (…) y me tienen horas de pie contra una pared, y las preguntas no cesan, siempre son las mismas. Al segundo día de detención, me tienen cinco horas de pie frente a un oficial que me apunta con un arma y me insulta constantemente. Lo que quiere es que delate a los religiosos con los que pude haber estado en contacto con Nicaragua y desde el extranjero“.
El documental también ofrece el testimonio de dos periodistas exiliados Carlos Herrera y Wilfredo Miranda, fundadores del portal Divergentes, medio de comunicación independiente. Al igual que ellos, la mayoría de los periodistas realizan desde el exilio, con muchas complicaciones, su trabajo.
Muriel es un sacerdote que acaba de llegar a los Estados Unidos. En el documental, se observa cómo es asesorado por Marta Patricia Molina y una compañera que trabaja con ella en una ONG, cuyo objetivo es acompañar a quienes buscan refugio en la Unión Americana. Su solicitud está a punto de ser aceptada por las autoridades norteamericanas, sólo tiene que decir la verdad a los agentes de migración que lo entrevistarán: ¿quién y por qué lo persigue? ¿qué daño le han causado?
Recuerda Muriel: “Al salir de Nicaragua me detuvieron mucho tiempo. Me mostraron fotos que me habían tomado, y me dijeron una frase que siempre voy a recordar: ‘agradece a Dios, al comandante y a la compañera, que no tengo autorización en este momento de tocar a ningún sacerdote, porque, si por mi fuera, la única manea que podrías salir de (Nicaragua) sería en una bolsa negra”.