El obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas (Chiapas), el cardenal Felipe Arizmendi, compartió la clave para un feliz 2025 y, en consonancia con el Año Jubilar convocado por el papa Francisco, llamó a los fieles a acercarse a Dios, “fuente de esperanza”.
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En su artículo semanal dedicado a reflexionar sobre el inicio del nuevo año, Arizmendi recordó que la “esperanza mueve al mundo”, por lo que aconsejó a los feligreses: “¿Quieres tener esperanza y llevarla a los demás? Acércate a Jesús, recibe su perdón, encuentra en Él la fortaleza y la audacia para luchar contra los males de este mundo. Empecemos el año con este espíritu”.
Explicó que, con motivo de los 2025 años de la Encarnación de Jesús, el papa Francisco convoca a un Año Santo o Jubilar, “no tanto para festejos y obtener ingresos económicos, sino para abrir puertas y que muchísimas personas se acerquen a Dios, fuente de esperanza”.
“Esperar, da sentido a la vida”
Reflexionó sobre la esperanza en diferentes situaciones: “Desde unos padres que esperan con ilusión la llegada de un hijo bien deseado, hasta quien muere sereno con la esperanza de vida eterna. Esperar, da sentido a la vida, a la lucha, al esfuerzo, a la alegría y a la fortaleza ante las adversidades”.
Los que estudian -continuó- también anhelan obtener un título que les abra caminos para una profesión exitosa e ingresos económicos satisfactorios; los migrantes se exponen a muchas limitaciones y a peligros, con tal de llegar a un lugar donde puedan obtener una vida mejor; “los encarcelados cuentan los días y las horas que faltan para lograr su libertad; los campesinos trabajan mucho con la ilusión de sacar el pan de cada día para ellos y sus familias”.
Los buenos gobernantes -refirió Arizmendi- sacrifican su tiempo y su descanso para estar disponibles a las necesidades de la comunidad, “porque esperan un reconocimiento público, o una reelección; los enfermos soportan inyecciones, operaciones y ayunos con tal de recuperar la salud, y así podríamos enumerar tantas otras situaciones en que la esperanza nos sostiene en pie. Cuando cambia un sexenio gubernamental, esperamos que se corrijan los errores del anterior”.
“Ayudarles a recobrar la esperanza”
Por lo contrario -lamentó el cardenal mexicano- aumentan los suicidios de quienes han perdido la esperanza: “Pareciera que no ven salida a sus problemas económicos, familiares, laborales o emocionales. Lo mismo les pasa a alcohólicos y drogadictos, quienes sólo perdiendo la conciencia se olvidan momentáneamente de sus problemas, complejos, fracasos e incertidumbres. En vez de condenarlos, hemos de comprenderlos y ayudarles a recobrar la esperanza”.
El cardenal Arizmendi recordó que cuando el Pontífice abrió la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, la noche del 24 de diciembre de 2024, iniciando así el Jubileo, “nos invitó a una esperanza no pasiva, sino activa, acercándonos al Señor, para encontrar en Él la fuerza y ayudarle a remediar los males de nuestro mundo”.
En palabras del Papa, concluyó: “¡Hay tantas desolaciones en nuestro tiempo! Pensemos en las guerras, en los niños ametrallados, en las bombas sobre las escuelas y sobre los hospitales. Este es el Jubileo, este es el tiempo de la esperanza. Este nos invita a redescubrir la alegría del encuentro con el Señor, nos llama a la renovación espiritual y nos compromete en la transformación del mundo, para que éste llegue a ser realmente un tiempo jubilar”.
