Invertir en oro (como el rey Melchor) ya no es católico

  • Religiosas austriacas lideran el rechazo a las inversiones en este metal
  • Este símbolo milenario se enfrenta hoy a un veto desde la ética religiosa y la sostenibilidad ambiental: cada anillo de oro requiere 20 toneladas de roca

Invertir en oro (como el rey Melchor) ya no es católico

Los Reyes Magos trajeron oro, incienso y mirra al niño Jesús recién nacido. Pero hoy en día invertir en oro no es ético ni católico. En el contexto de la celebración de la Epifanía, un grupo de religiosas de Austria ha lanzado un claro llamamiento contra las inversiones financieras en oro, advirtiendo sobre las consecuencias humanas y ambientales de su extracción. Inspiradas por principios éticos y sostenibles, las hermanas han decidido poner fin a cualquier tipo de inversión relacionada con este metal precioso, promoviendo un cambio de paradigma en las comunidades religiosas y más allá.



Aunque el oro ha sido símbolo de riqueza y poder a lo largo de la historia, su extracción está envuelta en una oscura realidad que incluye violaciones de derechos humanos, explotación laboral y devastación ambiental. Según Sor Brigitte Thalhammer, economista general de los Salvatorianos, “cada compra de oro impulsa la producción con todos sus efectos secundarios destructivos”. Se calcula que para fabricar un simple anillo de oro es necesario extraer unas 20 toneladas de roca, lo que provoca contaminación química, desplazamiento de comunidades indígenas y destrucción de hábitats naturales.

Un modelo de inversión ética

En 2015, los Salvatorianos establecieron un consejo asesor para definir pautas de inversión basadas en principios éticos. Tras deliberar sobre la inclusión de oro como un activo de estabilidad financiera, la decisión fue contundente: no apoyarían su comercialización, ni siquiera bajo certificados de sostenibilidad o Comercio Justo. Este compromiso refleja su visión de una economía en armonía con la dignidad humana y la protección del medio ambiente. “Es necesario cambiar la narrativa: sí, el oro es fascinante, pero también es dañino”, subraya Sor Anneliese Herzig, líder del departamento de misión y asuntos sociales de la Conferencia de la Orden de Austria.

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La Iglesia Católica y las nuevas directrices éticas

En abril de 2024, la Iglesia Católica actualizó sus directrices sobre inversiones éticas. Una de las principales novedades fue la prohibición explícita de nuevas inversiones en oro y metales preciosos. Peter Bohynik, director general de la Conferencia Religiosa de Austria, señaló que estas medidas reflejan “la importancia de actuar como una iglesia unida”, promoviendo valores sostenibles en diócesis, comunidades religiosas e instituciones eclesiásticas.

Sor Herzig, con su doble cargo en la Conferencia de la Orden de Austria y en la Campaña de Epifanía, ha enfatizado la responsabilidad histórica de la Iglesia en estos temas. “La Iglesia Católica se benefició de la colonización, por lo que hoy es aún más importante asumir la responsabilidad”, expresó. Su labor incluye sensibilizar a las comunidades sobre el impacto devastador de la minería de oro y educar en alternativas sostenibles y éticas.

El llamamiento de las mujeres religiosas trasciende las fronteras de la Iglesia. Su mensaje busca crear conciencia sobre la necesidad de adoptar patrones de consumo e inversión responsables que respeten a las personas y al planeta. Este movimiento representa no solo un gesto de coherencia espiritual, sino también un compromiso con un futuro más justo y sostenible.

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