El pintor malagueño Raúl Berzosa ha sido el encargado de realizar el cartel oficial del Jubileo de las Cofradías, una obra que reúne en una composición majestuosa de las imágenes que participarán en la Gran Procesión de Roma, prevista para mayo de 2025: El Santísimo Cristo de la Expiración “El Cachorro”, de Sevilla, y María Santísima de la Esperanza, de Málaga. Este evento, promovido por el Dicasterio para la Evangelización del Vaticano, será un punto de encuentro entre la religiosidad popular y la espiritualidad universal de la Iglesia Católica. El artista ha hablado con Vida Nueva sobre este encargo que representará en Roma a España y a la religiosidad popular.
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Raúl Berzosa nace en Málaga el 20 de abril de 1979. Licenciado por la Universidad de Málaga en Historia del Arte, en el año 2018 es nombrado Académico Honorario de la Pontificia e Insigne Academia de los Virtuosos en el Panteón de Roma. Es autor de grandes obras religiosas y un gran conocido del Papa Francisco. En el ámbito de la pintura cofrade ha realizado distintos carteles como los oficiales de la Semana Santa de Sevilla, Málaga y Córdoba. Ahora, con la misión de dar imagen al Jubileo de las Cofradías ha querido destacar en el centro de la composición la imagen de San Pedro rodeada de todos los elementos que serán protagonistas de este encuentro mundial.
PREGUNTA.- ¿Qué supone para ti recibir la llamada de Roma para ilustrar el Jubileo de las Cofradías?
RESPUESTA.- Había pintado en varias ocasiones para Roma y el Vaticano, pero nunca nada relacionado con las cofradías… Que te llamen desde el Vaticano para realizar una pintura cofrade, que es donde están mis inicios pictóricos en el mundo sacro, y para un acontecimiento tan importante como el Jubileo de las Cofradías, es un auténtico honor.
La obra: una representación simbólica y universal
P.- Descríbenos tu obra y qué has querido representar en ella.
R.- Es una pintura realizada con la técnica del óleo sobre lienzo y sus medidas son 100 x 162 cm. El centro de la composición lo ocupa la imagen de San Pedro. Es una representación de la famosa escultura de bronce que hay en el interior de la Basílica de San Pedro del Vaticano con su trono de mármol. Los visitantes pasan por delante de esta escultura y le tocan el pie, por eso esta imagen tiene gran fuerza debido a los tonos oscuros del bronce. Tras él, un círculo que engloba en su interior a las imágenes protagonistas en el Jubileo. De España participan María Santísima de la Esperanza de Málaga, el Santísimo Cristo de la Expiración de Sevilla y Nuestro Padre Jesús Nazareno de León, y de Italia la Madonna Addolorata de Enna , el Cristo es el Crocifisso Ligure y la imganen de Santa Ana de Sant’Anna de’ Parafrenieri. Como parte de Francia se puede ver el crocefisso le Dévot Christ de Perpiñán, y de Portugal el Santíssimo Sacramento de Mafra.
El círculo está rematado por la parte central por la cúpula de San Pedro, símbolo de la Iglesia Católica, y a ambos lados, por la columnata de Bernini, por tanto, la Iglesia abraza a los cofrades, las cofradías son Iglesia.
P.- ¿Qué relación tiene la pintura con el sentido del Jubileo?
R.- Alrededor de la pintura hay una serie de líneas que funcionan como marco… Hacen referencia de forma simbólica a la Puerta Santa, es decir, el peregrino que pasa la Puerta Santa va a San Pedro, tras él, el círculo engloba las imágenes. También está el Espíritu Santo tomado de la vidriera de la Cátedra de San Pedro. Esta relación del Espíritu Santo con la esperanza del Jubileo quedó definida por el Santo Padre cuando dijo en la audiencia general del 31 de mayo de 2017: «El Espíritu Santo sopla y mueve la Iglesia, camina con ella, por eso, del mismo modo que la Escritura paragona la esperanza a un ancla, que asegura el barco en medio del oleaje, también podemos compararla con una vela que recoge ese viento del Espíritu para que empuje nuestra nave.» En la parte baja del círculo aparecen dos elementos importantes, a la izquierda el Coliseo, lugar de donde parte la gran procesión de las distintas imágenes y a la derecha, la Puerta Santa de San Pedro del Vaticano.
Un cofrade que lleva su fe al arte
P.- Eres cofrade. ¿Cuánto ha ayudado en ti esta condición para acercarte a la Iglesia?
R.- Yo siempre he dicho que soy un cofrade tardío. Mi esposa Marina es quien hizo desde un inicio que me adentrase mucho más en el mundo cofrade. En cierto modo siempre he estado cerca de la Iglesia, desde pequeño y en mi formación posterior, que se realizó en los Maristas, y por supuesto, la educación que mis padres me han inculcado. Pero cuando entré en las cofradías, a ser hermano de algunas de ellas, mi acercamiento a la Iglesia se acentuó bastante.
P.- ¿Has tenido contacto con otras realidades cofrades más allá de Andalucía? ¿Cómo ha sido?
R.- Algo sí, siempre vinculado a mis trabajos pictóricos. Esto ha hecho que pueda conocer otras realidades, aunque sea de forma leve.
P.- Las cofradías y el ser cofrade ¿Qué crees que pueden aportar al futuro de la Iglesia?
R.- Está claro que las cofradías tienen un enorme potencial, son Iglesia, con sus defectos y virtudes, pueden aportar juventud, tradición centenaria, movimiento, cultura… Y lo más importante es que son un foco de evangelización.