Este nuevo proyecto pastoral prioriza la acogida para promover el discernimiento vocacional
La Casa de Espiritualidad Santa Teresa, situada en Zaragoza, celebra más de un año desde que inició su nueva andadura como un espacio escolapio de encuentro, oración y discernimiento. Este proyecto, asumido por la comunidad Escolapia, toma el testigo de las religiosas teresianas que durante tres décadas ofrecieron este lugar como un refugio espiritual para tantas personas. Con este cambio, la casa reafirma su compromiso de ser un espacio donde escuchar la voz de Dios, profundizar en la fe y compartir la vida en comunidad.
En palabras de San José de Calasanz, fundador de las Escuelas Pías: “Es necesario recoger antes como cántaro, para derramar luego a los demás como canales”. Inspirados por esta enseñanza, los responsables de la Casa Santa Teresa han diseñado un proyecto pastoral y vocacional que pone a disposición de grupos, comunidades y personas individuales un entorno propicio para la oración, el retiro y la búsqueda espiritual. Aunque la casa está abierta a todos, tiene un enfoque especial hacia los jóvenes, invitándolos a profundizar en su fe y discernir su propia vocación en respuesta al Evangelio.
La comunidad que da vida a la Casa Santa Teresa está formada por cuatro sacerdotes escolapios —Eloy, Ion, Juancar y Dialomao—, junto a dos novicios, Jon y Roberto. A ellos se suman miembros de la Fraternidad Escolapia que, desde su vocación laical, comparten oración, formación y convivencia para impulsar este proyecto con diferentes responsabilidades. Además, cuentan con el apoyo del equipo de Espiritualidad y Procesos Vocacionales de las Escuelas Pías Emaús, extendiendo su misión más allá de Zaragoza.
Desde la Casa no sólo se busca acompañar a quienes se acercan a este lugar, sino también ser una referencia para la misión escolapia provincia de Emaús y en toda la Orden. A través de la acogida, la oración comunitaria y la formación, se esfuerzan por integrar la fe en la vida cotidiana, ofreciendo herramientas para el discernimiento vocacional y la espiritualidad activa.
La Casa de Santa Teresa es un lugar privilegiado para detenerse, escuchar y conectarse con Dios. Sus jardines cuidados, capillas y oratorios están diseñados para inspirar momentos de introspección, oración y meditación. Tanto en los espacios comunes como en los rincones más apartados, quienes visitan este lugar pueden experimentar la paz y el silencio tan necesarios en la vida moderna.
Además, no sólo se proyecta como un espacio que fomenta la espiritualidad individual, sino que también construye comunidad. Ofrece un programa diverso de actividades, desde retiros programados y talleres hasta acompañamiento personal y ejercicios espirituales en la vida ordinaria. También brinda oportunidades de convivencia intensa para quienes deseen vivir una experiencia más prolongada de discernimiento y vida compartida.
Con un programa de actividades en constante desarrollo, Santa Teresa invita a todos a participar en su misión: escuchar, acoger y transformar. El libro de firmas de la casa recoge testimonios de quienes han vivido la experiencia de retiro: “Este lugar es un regalo para el alma, donde se respira tranquilidad y se encuentra a Dios en el silencio”.