A un día de la Epifanía, el cardenal James Michael Harvey, como delegado papal, ha abierto la Puerta Santa de la Basílica de San Pablo Extramuros. El arcipreste de esta basílica mayor romana ha cumplido con el rito y presidido la eucaristía en este domingo del tiempo de Navidad e invitado a todos a convertirse en peregrinos durante este tiempo del Año Santo. Con la de la Basílica de San Pablo Extramuros se completa la apertura de las cuatro Puertas Santas de las basílicas –junto al Vaticano, San Juan de Letrán y Santa María la Mayor–, a la que en esta ocasión del Jubileo 2025 se ha unido la de la cárcel romana de Rebbia.
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Alegría y esperanza
El cardenal Harvey abrió la puerta de bronce de la basílica renovada con motivo del año paulino entre el silencio de los fieles y las campanas del templo. Le acompañaba en el paso con un primer grupo de fieles el arzobispo Rino Fisichella, pro-prefecto del Dicasterio para la evangelización y organizador del Jubileo, mientras sonaba el himno oficial de este Año Santo. En la homilía señaló este rito como “un acto tan simple como sugerente” ya que “hemos cruzado el umbral del templo sagrado con inmensa alegría, porque de manera emblemática hemos cruzado la puerta de la esperanza”. Para el cardenal están unidas ya que es “la alegría porque nació el Salvador, la esperanza porque Cristo es nuestra esperanza”.
Cruzar con fe el umbral de la Puerta Santa significa entrar “en el tiempo de la misericordia y el perdón”, para que a cada persona “se le abra el camino de la esperanza que no decepciona”, señaló también. El Jubileo de 2025, como cada Año Santo, para el arcipreste, pide a cada uno convertirse en peregrino, añadió, implica “sentirse parte de una comunidad que lleva dos mil años recorriendo las calles de este mundo, proclamando la resurrección del Señor Jesús”. La Iglesia invita a cada peregrino “a emprender un viaje espiritual siguiendo los pasos de la fe”. “La esperanza cristiana realmente nos apoya en nuestra peregrinación”. concluyó.