Bolaños, al rescate de la estampita del Grand Prix en las campanadas: “No puede haber delito en hacer humor”

El ministro de la Presidencia se compromete a que la reforma legislativa sobre las ofensas religiosas se materialice en 2025

Entrevista en TVE con Félix Bolaños (fuente: TVE)

El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha respaldado firmemente la reforma del delito de ofensas religiosas, que se implementará en 2025. Durante una entrevista en TVE, el ministro subrayó que “no puede haber un delito en hacer humor“, en referencia a las críticas dirigidas contra la presentadora Lalachus por mostrar una estampita con la vaquilla del Grand Prix durante la retransmisión de las campanadas de fin de año.



Bolaños recordó que esta reforma estaba incluida dentro del Plan de Acción por la Democracia del Gobierno, anunciado en septiembre de 2025. Afirmó que la reciente polémica no ha cambiado las prioridades del Ejecutivo, sino que ha puesto de manifiesto “la necesidad de abordar esta reforma”. Según explicó, el objetivo es “garantizar la libertad de expresión y la libertad de creación” en una democracia que respete tanto las creencias religiosas como la capacidad de los ciudadanos de expresarse libremente.

El ministro denunció lo que considera una estrategia organizada por sectores ultras para limitar estas libertades, al considerar que “intentan amedrentar a personas que no piensan como ellos. Les acosan, les intimidan e intentan que se autocensuren cuando hacen humor o expresan libremente sus opiniones. Esa no es la democracia que queremos”.

Lalachus, durante las campanadas

Lalachus, durante las campanadas

Distorsión de la realidad

Bolaños enfatizó que la reforma busca actualizar un marco legislativo que, a su juicio, no debería penalizar expresiones creativas o humorísticas. En este contexto, defendió la actuación de la presentadora de las campanadas de TVE, argumentando que la sátira o el humor no pueden considerarse delitos en una sociedad democrática.

Además, vinculó las críticas hacia esta reforma con una campaña más amplia impulsada por sectores ultraconservadores. “Está claro que detrás de esta campaña hay un intento de inculcar odio en la sociedad, de dividirnos y de distorsionar la realidad frente a la opinión pública. Se trata de intereses muy potentes que buscan socavar la democracia y el estado de bienestar”, aseveró.

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