Con más de 60 años de historia, la Escuela Comarcal Arzobispo Morcillo de Valdemoro se ha convertido en un referente de educación inclusiva y comprometida. Ubicada en la diócesis de Getafe y gestionada por Cáritas, este centro educativo ha desarrollado un modelo donde los jóvenes son lo prioritario, especialmente aquellos que se enfrentan a situaciones de vulnerabilidad. Fue en 1963 cuando la escuela dio sus primeros pasos de la mano de un grupo de sacerdotes, alcaldes y empresarios de la comarca.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
La implicación de Cáritas permitió que esta obra incipiente del cardenal Casimiro Morcillo, que había sido cura en Valdemoro, se diera a conocer. De hecho, la entonces princesa Sofía se involucró hasta tal punto que logró un donativo clave para ampliar sus instalaciones. Desde el año 2000, la escuela está gestionada por Cáritas Diocesana de Getafe.
El centro de formación profesional combina la excelencia académica con la atención a las necesidades emocionales y sociales de sus estudiantes, promoviendo valores como la solidaridad, el respeto y la convivencia. Más allá de impartir conocimientos, este lugar ha permitido a los jóvenes y a sus familias encontrar un trampolín para superar dificultades sociales y económicas, al ofrecer ciclos formativos de Grado Básico, Medio y Superior en Automoción, Carrocería, Electricidad, Electrónica, Administración y Comercio. Por esta labor se le ha otorgado el Premio Carisma de Educación. César Rodríguez, director de la Escuela Arzobispo Morcillo, recogió el galardón acompañado de Jesús Casares, el director de Cáritas diocesana de Getafe
Apóstoles de la caridad
En su intervención, Rodríguez destacó la importancia de este reconocimiento y dio las gracias a Cáritas por su liderazgo: “Este premio es un signo del esfuerzo de las periferias del mundo, lugares llenos de esperanza. Gracias, por vuestra mirada que transforma realidades”. En esta misma línea, el director también resaltó el papel de los maestros como el corazón del proyecto educativo: “Los docentes sois el alma de la Escuela”.
“A pesar de las mochilas de fracaso y dificultad que cargan nuestros alumnos, con vosotros encuentran esperanza y consuelo. Nuestros profesores son el pilar que sostiene el futuro de nuestros alumnos, ayudándoles con amor en su camino. Cambian vidas. Este premio nos impulsa a seguir con esta misión por todos ellos”. Por su parte, Jesús Casares, recordó que el objetivo de la Escuela y de aquellos que hacen posible la continuidad del proyecto: seguir siendo “apóstoles de la caridad”.