El Papa Francisco recibió en audiencia a los promotores del proyecto ‘Écoles de Vie(s)’, una iniciativa inspirada en el Pacto Educativo Mundial que promueve una educación inclusiva y humanizadora. Durante el encuentro, se subrayó que sólo restituyendo la centralidad a la persona humana será posible construir una sociedad verdaderamente justa y solidaria, especialmente para los jóvenes, una educación “humanizada”, como la definen los fundadores del proyecto.
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Educación integral y humanizadora
El Santo Padre destacó que el enfoque de ‘Écoles de Vie(s)’ va más allá de la transmisión de conocimientos. Busca formar hombres y mujeres capaces de compasión y amor fraterno, rescatando los valores fundamentales del Evangelio y la enseñanza social de la Iglesia. “Cada persona, por frágil que sea, tiene un valor intrínseco”, recordó el Papa, señalando que la dignidad humana es un don inalienable de Dios que debe ser acogido con respeto y amor.
En sus palabras, Francisco llamó a una educación que prepare para el futuro, no solo creando profesionales competentes, sino adultos maduros, capaces de construir un mundo más bello, humano y lleno de esperanza. “Que su compromiso inspire otras iniciativas a favor de los más vulnerables y que su acción abra perspectivas para una educación integral que las jóvenes generaciones necesitan con urgencia”, les ha dicho el Papa.
Inclusión y potencial de los jóvenes
En su encuentro, Francisco enfatizó el papel crucial de los jóvenes en este modelo educativo. A pesar de sus limitaciones, dijo, están llenos de un potencial insospechado. Por ello, es fundamental crear espacios donde puedan desarrollarse plenamente, expresar sus sueños y descubrir el sentido de su vida. “Su compromiso permite que los jóvenes entiendan que tienen un lugar único en la sociedad”, afirmó. Asimismo, animó a los promotores del proyecto a perseverar en su misión, particularmente en este Año Jubilar de la Esperanza. Subrayó que su labor no solo devuelve dignidad a las personas marginadas por la discapacidad o la fragilidad, sino que también inspira otras iniciativas que beneficien a los más vulnerables.
Un modelo de Iglesia en salida
El proyecto ‘Écoles de Vie(s)’ encarna la visión de una Iglesia en salida, abierta y acogedora, que se acerca a todos, cura las heridas de quienes sufren y levanta a quienes han caído. El Papa recordó que Jesús tocó a los leprosos, habló con los marginados y acogió a quienes parecían no tener un lugar en la sociedad, transformando su experiencia al ofrecer una perspectiva nueva: “Para Él, cada condición humana, incluso con grandes limitaciones, es una invitación a una relación singular con Dios que renueva a las personas”. Al acoger a cada uno con su fragilidad, dijo el Papa Francisco, “ustedes encarnan esa Iglesia en salida que a menudo he deseado, una Iglesia abierta y acogedora, capaz de hacerse cercana a todos, de curar las heridas de quien sufre, de acariciar con ternura a quien está falto de afecto y de levantar a los caídos en tierra”. “Ninguna persona es inútil ni indigna; toda vida es un don de Dios”. Con estas palabras el Papa Francisco subrayó la dignidad intrínseca de cada ser humano, incluso en la fragilidad.
Francisco concluyó su mensaje instando a seguir trabajando por una educación integral que transforme vidas y sociedades. Expresó su deseo de que este modelo inspire a otros y abra nuevas perspectivas para las generaciones jóvenes que enfrentan grandes desafíos. El Pontífice invocó la protección de la Virgen María, Madre de la Esperanza, para los promotores del proyecto y los animó a no olvidar el poder de la oración en su misión. Finalmente, les agradeció su esfuerzo en la construcción de un mundo más inclusivo y lleno de amor fraterno.