Fernando Ramón y Arturo Javier García han recibido su ordenación episcopal de manos del arzobispo Enrique Benavent
La catedral de Valencia ha acogido este sábado, 11 de enero, la ordenación episcopal de Fernando Ramón y Arturo Javier García, los dos nuevos obispos auxiliares de Valencia. Ha sido una solemne celebración que fue presidida por el arzobispo local, Enrique Benavent, y en la que han concelebrado el nuncio en España, Bernardito Auza, y más de 40 prelados de toda España.
Benavent les ha insistido que la de obispos “mayor es la responsabilidad que asumís ante Dios y ante la comunidad cristiana”, pero “no recibimos el ministerio episcopal para nuestro provecho, sino para la edificación de la Iglesia”. Y es que para el arzobispo el episcopal es “un oficio de amor” a través del servicio. Además, en sintonía con el Año Jubilar, insistió que el ministerio “nos empuja a acercarnos a los que tienen el corazón desgarrado, a ser sembradores de libertad y de esperanza en el corazón de nuestro mundo”. “Mirando a María, poneos en las manos de Dios, abandonaos confiadamente a Él para que su voluntad sea siempre la norma que guíe vuestra vida en el servicio a la Iglesia”, aconsejó el arzobispo de Valencia.
Al final de la celebración, los nuevos obispos, se han dirigido a los fieles presentes. Fernando Ramón expresó su confianza en que “el Señor haga de este ministerio, que hoy recibimos, una fuente de esperanza para nuestra Iglesia, para que crezcan entre nosotros los lazos de comunión, se fortaleza nuestra fraternidad y podamos vivir con pasión la tarea de la evangelización, que tanto hoy nos urge”. Por su parte, Arturo Javier García, ha manifestado que “como obispo querría ser muy dócil a la Iglesia”, “ser un criado de Dios Padre que va por los caminos invitando a la fiesta del Banquete, a que crean y acudan a Misa, a escuchar la Palabra de Dios, a comulgar, a vivir en familia en parroquia; a caminar por el camino de una felicidad verdadera y duradera hasta el banquete del cielo, que sólo se llega por Cristo, el camino, que está en la Iglesia, su cuerpo”.