El falso obispo y mentor de las exclarisas de Belorado, Rodrigo Ribeiro da Silva, se ha paseado a modo de peregrinación cismática por diferentes instalaciones del Vaticano, el Estado en el que se erige la Iglesia que él mismo denomina como “conciliar” y que denosta frente a lo que reivindica como la auténtica “catolicidad”.
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‘Vida Nueva’ ha tenido acceso a las imágenes en las que se puede ver al ciudadano brasileño posando frente la basílica de San Pedro. Estas fotografías habrían sido tomadas antes de Navidad y, en ellas, se le puede ver con unas vestiduras similares a las de cualquier prelado, por lo que pudo pasar perfectamente desapercibido entre los propios obispos, sacerdotes, peregrinos y turistas.
Obispo ‘legítimo’
Esta escapada romana, amén de cumplir con su empeño de expandir la llamada Sociedad de San José por Europa como prometió, le permitiría además, según fuentes eclesiales, mostrar esas escenas fotografiadas “a cualquier persona que no tenga mucho conocimiento del engranaje de la Iglesia como un obispo legítimo que se mueve con toda tranquilidad por el Vaticano, confundir a personas de buena voluntad y así poder sumar a más adeptos a su causa sedevecantista”.
Rodrigo Ribeiro da Silva, en la Plaza de San Pedro del Vaticano
Además de fotografiarse en plena Plaza de San Pedro, Da Silva también ha visitado la tumba de San Pío V en la Basílica de Santa María la Mayor, uno de los templos favoritos del papa Francisco y que es considerado también territorio vaticano extramuros.
Mirada inquisidora
La devoción al pontífice del siglo XVI sí encajaría dentro de los Papas a los que el sedevacantismo reconoce puesto que el límite del sedevacantismo para dar crédito a los Sucesores de Pedro está puesto en Pío X. A partir de ahí, hasta hoy, consideran que no es válido ninguna elección papal. Entre los méritos de Pío V, se encuentra reforzar el rito tridentino, aplaudido por los nostálgicos, dotar a la Inquisición de poderes tales como reprimir la homosexualidad y desterrar a los judíos que habitaban los Estados Pontificios.
Rodrigo Ribeiro da Silva, ante la tumba de Pío V
En su gira romana, el falso obispo que guía espiritualmente a las monjas excomulgadas del convento burgalés se detuvo en otro templo, la iglesia de San Ignacio, donde rezó ante los restos de san Roberto Belarmino, cardenal jesuita que fue un inquisidor de renombre en tiempos de la contrarreforma.
