El papa Francisco también despide a Luis de Lezama: “Mi oración agradecida por su fidelidad”
El funeral por el sacerdote emprendedor se celebró ayer en la parroquia de Santa María la Blanca que él mismo levantó
Funeral del padre Luis de Lezama
La madrileña parroquia de Santa María la Blanca, en Montecarmelo, se quedó pequeña ayer por la tarde para acoger el funeral del padre Luis de Lezama, que falleció el pasado sábado a los 88 años. La eucaristía, que asistieron personalidades de la talla de Plácido Domingo, fue oficiado por el obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, y concelebrada, entre otros, por el cardenal Carlos Osoro, el obispo Jesús García Burillo, el padre Ángel, presidente de Mensajeros de la Paz o el nuncio Bernardito Auza.
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En este último adiós quiso hacerse presente el papa Francisco a través de un mensaje para su entorno: “Lamento el fallecimiento del Padre Lezama. Transmitan a sus seres queridos mi cercanía y mi oración agradecida por su ministerio sacerdotal y por su fidelidad”.
Hacer presente
“Hoy estarás conmigo en el paraíso”, recordó Martínez Camino en la homilía, que subrayó que ese es “el hoy de Dios en el que vivimos, aunque nos parece que la vida es larga y a veces hay gente que está aburrida de vivir”. “Ese hoy de Dios es el que sacerdotes, como Luis, estamos llamados a hacer presente cada día en el mundo”, expresó el prelado.
“Hoy al encomendar a la misericordia infinita del Padre el alma de Luis de Lezama, queremos darle gracias por su vida sacerdotal, y también por el de todos los sacerdotes”, comentó, definiéndole como un hombre “que ha trabajado mucho y que ha sido relevante, que ha construido una parroquia y un colegio, por decir las últimas obras de su vida, notamos la presencia del sacerdote en la vida de la Iglesia”. “No hay Iglesia sin sacerdotes”, reivindicó.
Emprendimiento social
No en vano, el cura vasco puso en marcha Grupo Lezama, un proyecto de referencia en cuanto a emprendimiento social y formación profesional para los jóvenes en riesgo de exclusión se refiere, con más de una veintena de restaurantes repartidos por diferentes países y cerca de 500 empleados, que tiene como base ser una escuela de formación profesional para jóvenes en riesgo de exclusión.
“Damos gracias por una existencia sacerdotal que anduvo un largo camino en distintas etapas”, añadió Martínez Camino en su homilía.
