Jorge Mario Bergoglio realizó este miércoles, durante la catequesis de su audiencia general semanal, un llamado urgente a la conciencia global sobre las difíciles condiciones de millones de niños. Hizo especial hincapié en el maltrato y el trabajo infantil, la prostitución, la pornografía y los matrimonios forzados.
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Se trata de la segunda exhortación papal sobre la infancia que lleva a cabo Francisco en su serie semanal, considerándolos los “más queridos por Jesús”. “El maltrato infantil es un crimen y una violación de los mandamientos de Dios. Ningún niño debería sufrir abusos. Un caso es demasiado“, expresó con firmeza. El pontífice destacó que cientos de millones de menores están obligados a trabajar, “muchos de ellos en condiciones peligrosas”.
Constató las circunstancias de explotación laboral que sufren muchos menores en circunstancias extremas como prostitución o matrimonio forzado, y puso como ejemplo aquellas “manos tiernas” que recogen arándanos durante la cosecha en América Latina. “En las grandes ciudades, niños son arrastrados al tráfico de drogas y al crimen organizado, convertidos en víctimas o incluso en verdugos de otros menores“.
Es más, el pontífice hizo referencia al maltrato infantil a través del desgarrador caso de Luam, un niño argentino secuestrado cuyo paradero es incierto que pudo ser objeto de tráfico de órganos, una práctica que calificó como “atroz e inhumana”.
Consumo responsable
De tal modo, Francisco instó a las personas a reflexionar sobre sus propias acciones y a no ser cómplices indirectos de estas injusticias. Señaló que comprar productos fabricados con mano de obra infantil perpetúa este sistema de explotación. “Cada uno puede ser una gota que, unida a muchas otras, puede convertirse en un mar”, afirmó, exhortando a los individuos y las instituciones a actuar con responsabilidad.
Pidió también a los periodistas que contribuyan a sensibilizar a la sociedad y a encontrar soluciones para erradicar el trabajo infantil y otras formas de abuso. Asimismo, destacó la necesidad de ofrecer a los niños lugares seguros donde puedan crecer y jugar, construyendo un futuro mejor.
El papa recordó una plegaria de santa Teresa de Calcuta para dar voz a los niños olvidados, recalcando que “pido un lugar seguro donde pueda jugar. Pido el derecho a ser un niño, a ser esperanza de un mundo mejor. ¿Puedo contar contigo?”.
Terremoto en Myanmar
Por otra parte, Bergoglio expresó su cercanía a las víctimas del reciente terremoto en Myanmar y pidió solidaridad internacional para los afectados. También recordó las situaciones de conflicto en Palestina, Ucrania, Israel y Myanmar, haciendo un llamado a la paz y la reconciliación. “Por favor, pido que los fabricantes de armas tengan compasión en sus corazones, porque estas armas son las que ayudan a matar”, declaró.
Para cerrar la audiencia, al igual que la semana pasada, una compañía circense ofreció un espectáculo de malabarismos y payasos. El papa destacó la dedicación y el esfuerzo humano detrás de estas presentaciones, señalando que el circo representa un ejemplo de trabajo duro y alegría compartida.