El cardenal arzobispo de Lima, Carlos Castillo, aplaude la “enorme y esforzada labor” de la Santa Sede y del papa Francisco para “prevenir, investigar y sancionar los delitos de abuso de conciencia, espiritual, sexual y de poder dentro de la Iglesia”. A la par, respalda con “plena confianza” los procedimientos e instrumentos canónicos penales que la Santa Sede “ha utilizado, utiliza y aplica, los cuales han venido evolucionando y mejorando sostenidamente”.
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Con estas palabras, el también primado de Perú aborda la polémica surgida después de que el diario ‘El País’ desvelara que el cardenal emérito de Lima, Juan Luis Cipriani, estaba sancionado por acusaciones de pederastia, una noticia que desmintió el purpurado, que a su vez tuvo que ser corregido por la Santa Sede.
Ejercer la justicia
“Reafirmo mi decidido e irreversible apoyo, colaboración y solidaridad con el santo Padre, apreciando su sabio modo de ejercer la justicia en la Iglesia y de acoger y proteger a las víctimas”, sentencia en una referencia indirecta al que fuera el primer cardenal del Opus Dei.
“Lo declarado oficialmente por la Santa Sede, hace unos días, nos remite, ante todo, al inmenso dolor y al sufrimiento que experimentan las víctimas de todo tipo de abuso dentro de nuestra Iglesia y en la sociedad”, expone Castillo sin citar en ningún momento de la carta a Cipriani. El actual cardenal de Perú entona un ‘mea culpa’, al manifestar que el sufrimiento de los supervivientes “desgarra nuestro espíritu, nos interpela profundamente y nos compromete solidariamente con ellas”.
Acoger y acompañar
Justo después, subraya que, “aunque no conozcamos a algunas víctimas, todo ser humano ultrajado es un clamor de Dios para esforzarnos personal y eclesialmente en acoger y acompañar”. De la misma manera, hace un llamamiento para “detener y sancionar las agresiones, usando los medios adecuados y justos, y comprometernos en su protección, defensa, restablecimiento y reparación”.
Con la crisis del Sodalicio de fondo por su disolución y sabedor del negacionismo existente ante la pederastia y las investigaciones vaticanas, Castillo llama a los católicos “a entrar en razón mediante un camino de conversión que implique abandonar las vanas justificaciones, el empecinamiento y el rechazo a la verdad”. En la carta, el arzobispo de Lima incluso agrade “la positiva labor” de los periodistas en defensa de las víctimas.