El cardenal Marx, a Trump: “El único salvador es Cristo mismo”

El purpurado alemán responde al presidente de Estados Unidos, que se presentó en su toma de posesión como un mesías político

El cardenal Marx, a Trump: “El único salvador es Cristo mismo”

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se presentó a sí mismo como “el salvador político de la nación” en su toma de posesión. En un contexto donde la religión ha sido utilizada para sustentar discursos políticos, el cardenal de Múnich, Reinhard Marx, advirtió contra la instrumentalización de la fe.



En el marco de una celebración en Múnich, el cardenal Marx aprovechó para reflexionar sobre los peligros de los políticos que se presentan como figuras mesiánicas. “El único salvador es el mismo Cristo”, afirmó Marx, subrayando que no existe una “Edad de Oro” que se deba esperar. Según él, este tipo de promesas no solo son ilusorias, sino que también desvían ideológicamente a las personas.

¿Elegido por Dios?

El purpurado explicó que la tendencia a utilizar la religión con fines políticos no es algo nuevo. Estas manipulaciones han existido durante siglos y, según Marx, también se observan dentro del cristianismo. Reflexionó sobre cómo, durante la toma de posesión de Trump, algunos sectores religiosos en los Estados Unidos llegaron a presentar al presidente como un salvador del pueblo, incluso asegurando que había sido elegido por Dios para cumplir esa misión. En su discurso inaugural, Trump declaró que “la Edad de Oro de Estados Unidos está comenzando”, algo que fue respaldado por bendiciones y oraciones de varios miembros del clero que veían en él al líder enviado por el cielo.

Washington (United States), 20/01/2025.- Donald Trump is sworn in as the 47th president of the

Barrera protectora

Marx hizo estas declaraciones durante un servicio ecuménico organizado en el marco de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Con motivo de la celebración del 1.700° aniversario del Concilio de Nicea, previsto para 2025, el arzobispo de Múnich recordó que el credo que surgió de dicho concilio se presenta como una “barrera protectora contra cualquier mesianismo político”. En sus palabras, el Concilio de Nicea demuestra que Dios está del lado de todos los hombres, lo que impide que la fe cristiana sea utilizada como un medio para justificar el nacionalismo extremo y la exaltación de una nación sobre las demás.

Marx concluyó su intervención alertando sobre los peligros de utilizar la religión para promover un mensaje de supremacía nacionalista, y enfatizó que el cristianismo debe servir como una fuerza unificadora que promueva la paz y la equidad, sin ser instrumentalizado para fines políticos.

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