Sigue agudizándose la crisis en el Catatumbo, oriente de Colombia, tras el conflicto entre las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
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Por eso, los integrantes de la Red Eclesial Latinoamericana de Justicia y Paz en la Patria Grande, entidad adscrita al Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), han suscrito un comunicado en solidaridad con los más de 45.000 desplazados en esta región.
Advirtieron que esta es “una crisis humanitaria” que pone en jaque a los más vulnerables, en especial, a poblaciones campesinas, indígenas y afro, quienes se han visto forzados a abandonar sus hogares y poblados para salvaguardar sus vidas.
Cese de la violencia
Esta red respalda el llamado de religiosos y obispos colombianos de parar la masacre y han rogado a los guerrilleros “desistan de tales actos criminales, inhumanos y violatorios de la dignidad de las personas”.
Asimismo han pedido al Gobierno dar seguimiento a los acuerdos pactados, a reforzar la presencia en las zonas afectadas y a trabajar para revertir esta inhumana migración.
“A la comunidad internacional cercana, particularmente a Venezuela, a trabajar para que cesen las violaciones de los derechos elementales de los pueblos afectados puesto que constituyen actos violatorios del derecho internacional humanitario”, acotaron.
Foto: EFE