Francisco invita a los peregrinos del Jubileo a “entrar en los sueños de Dios”

El Papa celebra su segunda audiencia especial de los sábados con motivo del Año Santo y propone la figura de María Magdalena como modelo de conversión

Francisco invita a los peregrinos del Jubileo a “entrar en los sueños de Dios”

Este sábado, 1 de febrero, el papa Francisco  ha celebrado la segunda sus nuevas audiencias generales especiales de los sábados con motivo de Jubileo 2025. El pontífice –que al llegar caminando tuvo un pequeño susto al romperse una de las piezas de apoyo de su bastón– ha saludado a los numerosos fieles y peregrinos presentes tanto en el Aula Pablo VI como quienes siguieron la catequesis conectados desde la basílica de San Pedro ya que a la cita han acudido unos ocho mil peregrinos de las diócesis italianas de Caserta y Capua y otros dos mil fieles de la diócesis de Sulmona-Valva. Su reflexión, en esta ocasión, ha girado sobre el testimonio de María Magdalena, “la apóstol de los apóstoles”.



Un nuevo comienzo

El Papa les recordó que “el Jubileo es para las personas y para la Tierra un nuevo comienzo; es un tiempo en el que todo debe ser repensado dentro del sueño de Dios”. Por ello, Francisco ha invitado a que este en un tiempo de conversión, de cambiar de dirección, mirar las cosas “desde otra perspectiva”, orientar el camino “hacia nuevas metas”. Porque, añadió, “así surge la esperanza que nunca defrauda…. Y también para nosotros, la experiencia de la fe se ha visto estimulada por el encuentro con personas que han sabido cambiar de vida y han entrado, por así decirlo, en los sueños de Dios”.

Al presentar la figura de María Magdalena, el Pontífice la presentó como curada por la misericordia de Dios ya que “la misericordia cambia el corazón y a María Magdalena, la misericordia la devolvió a los sueños de Dios y dio nuevas metas a su camino”. Ante la que fue testigo de la resurrección, “así crece su esperanza: ahora ve la tumba, pero no como antes. Puede secarse las lágrimas, porque ha oído su propio nombre: sólo su Maestro lo pronuncia así. El viejo mundo todavía parece estar allí, pero ya no existe”.

María Magdalena, para Francisco, es testimonio de que la esperanza que conduce “a un mundo nuevo” a través de la conversión constante. Por eso, alertó, que “un ego demasiado confiado, demasiado orgulloso, nos impide reconocer a Jesús resucitado. Incluso cuando lloramos y nos desesperamos, lo dejamos atrás. En lugar de mirar hacia la oscuridad del pasado, hacia el vacío de una tumba, de María Magdalena aprendemos a volvernos hacia la vida. Allí nos espera nuestro Maestro. Allí se pronuncia nuestro nombre”.

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