Los pigmeos baka, una etnia cazadora-recolectora de las selvas ecuatoriales de Camerún y otros países de la región, enfrentan una crisis existencial. La deforestación, la presión de los bantúes y las políticas de protección ambiental han desplazado a los baka de su hábitat, volviéndolos vulnerables.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
“No se escucha nuestra voz al hablar de leyes o problemas que nos afectan. Queremos un lugar en el debate público”, afirma Timothée Emini, de la asociación Okani, que busca el empoderamiento de los líderes baka. La falta de representación política es uno de los mayores desafíos. “No tenemos senadores ni alcaldes. Si nuestros líderes no son reconocidos, no podemos defender nuestras reivindicaciones”, añade Emini, quien ha solicitado al presidente camerunés Paul Biya que designe un senador baka.
A pesar de que la Constitución camerunesa promueve la inclusión, la realidad es distinta. La explotación forestal y las políticas ambientales han afectado sus comunidades. “Sufrimos muchas restricciones para acceder al bosque, nuestra fuente de alimento y farmacopea”, critica Luc Ndeloua, presidente de la asociación Abawoni. Además de malnutrición, enfrentan la falta de documentación, derechos de ciudadanía y acceso a servicios básicos.
Sin embargo, hay signos de esperanza. Un acuerdo entre el Ministerio de Bosques y Vida Salvaje y la asociación Asbaboki ha permitido el uso de algunas áreas forestales en el parque de Lobéké, restaurando parte de su relación ancestral con la selva.
Transmisión de tradiciones
Emini destaca la importancia de adaptarse sin perder su identidad: “El mundo evoluciona y los baka vamos al encuentro de ese avance. Pero eso no es incompatible con conservar nuestra cultura y espiritualidad“. La Iglesia ha jugado un papel clave en la defensa de los baka, educándolos y brindándoles asistencia sanitaria. Los jóvenes también son clave para preservar su cultura. Se han creado asociaciones que organizan programas para transmitir sus tradiciones.
La editorial Mundo Negro y los Misioneros Combonianos concederán este sábado, 1 de febrero, dentro del XXXVII Encuentro África, su Premio a la Fraternidad 2024 a las asociaciones Abawoni y Okani por su compromiso en la defensa de los derechos de las comunidades y pueblos de los pigmeos Baka. El galardón, dotado con 10.000 euros, será entregado por el provincial de los Misioneros Combonianos, Miguel Ángel Llamazares. Previamente, habrá dos encuentros para explicar la realidad africana y, en concreto, de los pigmeos baka cameruneses. Por un lado, la profesora María del Ángel Iglesias Vázquez, investigadora principal del Grupo de Investigación y Relevancia del Estatus y la Condición de Indígena, de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), realizó una conferencia titulada “Pueblos y comunidades indígenas en África. Realidad y perspectivas de futuro”. Por otro, Chema Caballero, autor del libro ‘Edjengui se ha dormido: Del victimismo al activismo de los pigmeos bakas’, mantuvo un diálogo con los dos representantes de las entidades galardonadas para conocer la realidad del pueblo baka y el trabajo que realizan ambas asociaciones.