La Comisión Episcopal para Migrantes de Argentina, por los derechos y la dignidad de las personas

Ante mensajes discriminatorios y xenófobos, los obispos piden tender puentes y responder con amistad social y amor

La Comisión Episcopal para Migrantes de Argentina, por los derechos y la dignidad de las personas

La Comisión Episcopal para los Migrantes e Itinerantes (CEMI), organismo de la Conferencia Episcopal Argentina, envió un mensaje titulado: “Cuidar a las personas en su fundamental igualdad”.



“Queremos reafirmar nuestro compromiso con un mundo en el que cada persona sea valorada en su dignidad y en su derecho a ser quien es”, reafirmaron los miembros de la Comisión, en un tiempo -expresaron- donde la palabra pública tiene el poder de edificar o dividir.

Abraza a todos

Por lo tanto, confirmaron su creencia en la fuerza del diálogo, la riqueza de la diversidad, y de un liderazgo que inspire unidad, solidaridad y comunión, lejos de la fragmentación, la exclusión, el desprecio o la desigualdad.

Sostuvieron que el amor de Dios no es selectivo ni excluyente; abraza a todos, sin distinciones, y además invita a reconocer a un hermano en cada ser humano, digno de respeto y cuidado. “Cuando el discurso público niega esta verdad fundamental, es deber de cada persona de fe y de buena voluntad insistir en otro camino: el de la empatía, la justicia y el amor”, indicaron los miembros del organismo.

Ante algunas expresiones públicas, expresaron su preocupación por los mensajes que refuerzan “la xenofobia, el racismo o el rechazo a las personas que se identifican con otras orientaciones, identidades, expresiones y características sexuales y de género”.

Cercanía y acompañamiento

Reafirmaron su cercanía y acompañamiento a cada migrante que dejó su país y llegó a este u otro buscando vivir dignamente: cada uno lleva una historia, un anhelo, una esperanza y merece dignidad y respeto.

Asimismo, afirmaron que el mundo migratorio ofrece la oportunidad de ver al hermano que, aunque piense, sienta, viva y actúa diferente, es un igual en dignidad y derechos como persona. En ellos se puede ver el rostro de Dios, que llama a amar a todos en todas las diversidades. Y agregaron: “Mirando a los migrantes, podemos ver todas las pluralidades con las cuales podemos vivir, compartir y crecer”.

Finalmente, animaron a quienes creen en la construcción de un mundo más humano y fraterno, a responder con amor, a tender puentes sin descalificaciones, e insistieron en construir desde el amor y la amistad social para “avanzar hacia un futuro donde nadie sea descartado”.

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