“Mi único deseo en mi ministerio es poder hacer llegar a las personas que Dios está mucho más cerca de lo que ellos se piensan. Que vive, que está dentro de cada uno de nosotros, aquí y después de aquí”. Así de contundente ha comenzado Ángel Pérez Pueyo, obispo de Barbastro-Monzón, una entrevista realizada por el programa Calle Mayor de Onda Cero Cinca ha entrevistado al prelado con motivo de su décimo aniversario al frente de la diócesis.
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Una experiencia, recuerda, para la que pensaba que “no era la persona indicada, y así se lo manifesté al Papa”. “Cuando me propuso sentí miedo, incompetencia e incapacidad para la misión, y sigo pensando lo mismo, aunque también digo hoy que me hubiera arrepentido de no haber sido el obispo de esta diócesis”, reconoce.
El aprendizaje, dice, “está en el día a día; en haber recorrido en los primeros cuatro años los 247 pueblos de la diócesis; en hacer posible que llegue la palabra de Dios a todos los rincones de esos 247 pueblos, con tan solo 20 curas de aquí y 20 de fuera que llegan por tiempo limitado para estar con nosotros”.
60 curas menos en 10 años
Además, recuerda las palabras que le dirigió el Papa cuando le nombró obispo: “No te he mandado para que te sumes a los de ‘siempre se ha hecho así’”. “Y es que”, continúa, “o nos movemos de la zona de confort donde siempre nos hemos movido o el último que apague la luz”.
“Cuando llegué hace diez años tenía 80 sacerdotes”, recuerda. “Hemos enterrado a 40; de los otros 40 que nos quedan, 20 están enfermos o en residencias”, añade, convencido de que “la Iglesia no son solo los sacerdotes, porque cuando hemos incorporado a los laicos, a los religiosos y hemos trabajado coordinadamente, el resultado es motivo para que numerosas diócesis de España –que están igual o peor que nosotros- nos estén preguntando cómo lo estamos haciendo”.