La mítica iglesia de San Severo vuelve a brillar en Barcelona: la ciudad celebra el fin de su restauración

El arzobispo Juan José Omella reflexiona sobre la belleza como expresión de Dios en la misa celebrada tras la restauración del templo

La mítica iglesia de San Severo vuelve a brillar en Barcelona: la ciudad celebra el fin de su

Ayer, 10 de febrero, la ciudad de Barcelona celebró una solemne misa de acción de gracias por la restauración de la iglesia de San Severo, uno de los templos más emblemáticos del Barrio Gótico. La ceremonia, presidida por el arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, contó con la participación del Cabildo de la Catedral, varios presbíteros diocesanos y numerosos fieles, entre los que se encontraban muchos vecinos del barrio. Todos se reunieron para rendir homenaje a la restauración de este histórico templo y agradecer la oportunidad de poder disfrutar nuevamente de su esplendor.



Durante su homilía, el arzobispo Omella subrayó la belleza como una manifestación de la divinidad, relacionando la restauración de San Severo con la grandeza de la creación de Dios. “Dios es belleza”, afirmó Omella, destacando que esta cualidad divina se refleja en las obras humanas cuando estas se inspiran en la magnificencia del Creador. La restauración de la iglesia, a través de su meticuloso trabajo, no solo ha devuelto el esplendor arquitectónico del templo, sino que ha recordado a los presentes la importancia de la belleza en todos los aspectos de la vida, desde el arte sacro hasta la vida espiritual.

El arzobispo hizo una especial mención a la “belleza moral y ética”, agradeciendo la bondad que existe en el mundo y cómo el amor y las acciones buenas contribuyen a hacer el mundo más bello. “Demos gracias por la belleza que hay en el mundo, y por la gente buena que hay en él”, comentó. También habló sobre la Palabra de Dios como la verdad que consuela y transforma, destacando el papel de la Iglesia como un lugar donde se proclama esa verdad que da vida y esperanza a todos los creyentes.

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Inspiración en San Severo

Uno de los momentos más emotivos de la homilía fue cuando el arzobispo hizo un llamado a los pastores de la Iglesia a vivir su vocación con humildad, inspirándose en la figura de San Severo. “La humildad debe ser nuestro camino”, proclamó Omella, instando a presbíteros, diáconos, religiosos y fieles a seguir el ejemplo de este santo, quien alcanzó la santidad mediante una vida de sencillez y autenticidad. El arzobispo exhortó a todos los presentes a vivir su misión evangelizadora con humildad, recordando que la verdadera vocación de un pastor es ser un testigo del amor divino.

Un templo recuperado para la ciudad

La iglesia de San Severo, que ha sido meticulosamente restaurada desde 2018, no solo ha recuperado su magnificencia arquitectónica, sino que se ha reafirmado como un espacio de oración y encuentro espiritual. Esta iglesia, ubicada en el corazón del Barrio Gótico de Barcelona, ha resistido el paso del tiempo y la violencia de la Guerra Civil, quedando intacta gracias a la protección que recibió en su entorno cercano. A pesar de su resistencia, el paso de los años había dejado su huella, y la última restauración de gran envergadura se había realizado en 1911.

El proceso de rehabilitación ha sido largo y meticuloso, y se han llevado a cabo mejoras estructurales, renovaciones en las cubiertas y una actualización de las instalaciones eléctricas. Durante el trabajo de restauración, el equipo dirigido por la experta Ana Ordóñez descubrió detalles ornamentales ocultos que habían quedado sepultados bajo siglos de polvo y capas de pintura. “Ha sido una tarea de rescate de la policromía original, permitiendo que los colores y detalles del barroco resplandezcan nuevamente”, explicó Ordóñez.

El arquitecto Joan Claudi Minguell, encargado de la restauración, destacó la importancia de este proyecto: “Sant Severo nos permite ver cómo era realmente el barroco en Barcelona, una época que a menudo queda eclipsada por el predominio del gótico en la ciudad”.

La restauración de San Severo no solo ha devuelto a la ciudad una joya arquitectónica, sino que ha proporcionado un espacio más para el culto y la cultura en la Catedral de Barcelona.

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