El fin del Sodalicio: este es el entramado de organizaciones que disolverá el Papa

El comisario pontificio debe cerrar, al menos, cinco entidades que surgieron en torno a la ‘familia’ fundada por Luis Figari

Página web del Sodalicio de Vida Cristiana

La disolución del Sodalicio de Vida Cristiana por orden papal supondrá la disolución del Movimiento de Vida Cristiana, las Siervas del Plan de Dios, la Fraternidad Mariana de la Reconciliación, la Asociación de María Inmaculada y la Hermandad Nuestra Señora de la Reconciliación, informó el oficial del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y encargado del proceso, Jordi Bertomeu.



“(Se disolverá) Todo lo que fundó Figari“, comunicó el religioso al inicio de una misa celebrada en la iglesia sodálite Nuestra Señora de la Reconciliación (también conocida como Iglesia de Camacho), ubicada en La Molina, de acuerdo según el diario La República.

El pontífice decidió suprimir todas las organizaciones creadas por el fundador del Sodalicio, quien fue expulsado de la Iglesia tras ser señalado culpable de abusos, al considerar las preguntas irregularidades y comportamientos delictivos que se le atribuían a la entidad, además de por carecer del carisma propio de una organización eclesiástica.

Web de las Siervas del Plan de Dios

Web de las Siervas del Plan de Dios

“El Santo Padre me dice: mira te pido por favor que me acompañes en este proceso de supresión del Sodalicio y de todo lo que fundó Figari porque he llegado a la conclusión, después de un largo discernimiento, que no había carisma inicial, que no recibió una gracia especial Figari”, explicó el sacerdote según el periódico El Universo. Bertomeu subrayó que esta medida no es un castigo, sino una decisión tomada para el bienestar de los fieles. Todos los sacerdotes serán incorporados al clero diocesano de Lima.

Fraternidad Mariana de la Reconciliación

La Fraternidad Mariana de la Reconciliación, también conocida como Las Fraternas, fue una comunidad fundada en 1991 como sociedad de vida apostólica laical, erigida por la Arquidiócesis de Lima. Centraba su acción en la “consagración a Dios, la vida en comunidad y el anuncio del Evangelio”.

Su misión apostólica se centraba en el servicio educativo y social, a través de la docencia universitaria, las capellanías universitarias y la enseñanza y pastoral en colegios. No obstante, también ejercían en parroquias y diócesis, en grupos de acompañamiento espiritual, y mediante programas de evangelización den ambientes profesionales y culturales. Desde 2003, gestionaban la asociación Cruz Blanca de Ancón y, en 2020, participaron en el Colegio Santa María de La Alborada en Áncash.

El caso de esta organización dentro del escándalo de abusos es especialmente paradigmático, pues la líder e iniciadora del proyecto Rocío Figueroa, fue víctima de abusos por parte de Germán Doig, vicario general de la organización cuya beatificación fue suspendida cuando se conocieron estos crímenes. Según la narración de la propia Figueroa en una entrevista con El Diario, fue sometida a aislamiento dentro de la organización pero investigó y halló nuevos casos de abusos dentro de la entidad. En 2011, otras cinco fraternas denunciaron ante el cardenal Juan Luis Cipriani abusos por parte de sodálites. Se unían a las voces que clamaban por las agresiones que habían sufrido varios miembros del Sodalicio por parte de sus jerarcas.

En julio de 2022, la organización se desvinculó institucionalmente de la familia Sodálite, lo que no ha evitado su disolución. La organización ha emitido un comunicado para afirmar su “compasión y solidaridad con el dolor de todas las personas que han sido afectadas a lo largo de los años por el sistema sectario y las prácticas abusivas que fueron reproducidas al interior de nuestra comunidad; ofrecemos nuestra disposición de cooperar con el proceso de reparación y justicia para todas las víctimas, y nos comprometemos a recordar a todas y cada una en nuestras oraciones cotidianas”.

Siervas del Plan de Dios

Las Siervas del Plan de Dios eran hasta este 31 de enero una comunidad de consagradas, vinculadas al Sodalicio, que ejercían el apostolado mediante una vida que asume los consejos evangélicos como compromisos, tal y como reza su web. Nacida en Lima el 15 de agosto de 1998, la organización era otra asociación pública de fieles de derecho diocesano que fue encomendada por el fundador del Sodalicio, Luis Fernando Figari, a A.G., una monja de la organización de Las Fraternas, que luego abandonó la organización. Estaban presentes en Perú, Ecuador, Colombia, Estados Unidos, Angola, Filipinas, Italia y Chile. En 2002, gestionaron dos comunidades en Maipú y una en Lo Barnechea. Varias ex-miembros de la organización presentaron denuncias por abuso de autoridad y obligaciones de entrega “inhumana”, narró el medio chileno ‘El mostrador’.

La propia servidora general de la organización, Natalia Sánchez, reconocía en una carta abierta, fechada el 24 de junio de 2022, que, “con un poco de distancia y con mayor conciencia podemos reconocer que hemos sufrido y replicado un mal ejercicio de la autoridad y esto ha ocasionado un profundo dolor en muchas personas. (…) La ayuda externa recibida en los últimos años y la escucha de nuestras propias historias, nos están permitiendo mirarnos desde otros ángulos y hacernos más conscientes de los abusos de poder y de conciencia, vividos al interior de la comunidad“, antes de comprometerse a una reforma profunda. Hasta sus últimos días, la organización continuó pidiendo perdón por el daño ocasionado.

Movimiento de Vida Cristiana

El Movimiento de Vida Cristiana (MVC) era una asociación internacional de fieles de Derecho Pontificio surgida dentro del Sodalicio que fue reconocida el 23 de marzo de 1994 por Juan Pablo II, en la fiesta de santo Toribio de Mogrovejo, segundo arzobispo de Lima y patrono de los obispos de América Latina. Agrupaba a los laicos no consagrados de la organización. El MVC recibió dicho reconocimiento de la Sede Apostólica mediante un decreto del Pontificio Consejo para los Laicos, presidido entonces por el cardenal Eduardo Pironio y acompañado como vicepresidente por el hoy cardenal Paul Joseph Cordes. Mediante el mismo decreto se aprobaba el texto de sus estatutos.

La organización realizaba un apostolado solidario, especialmente en América, de ayuda a los más necesitados, a los enfermos, a los niños y los ancianos. Realizan también acciones de desarrollo comunitario y peregrinaciones, retiros espirituales y encuentros de formación cristiana. Entre otros proyectos de voluntariado, disponían del plan ‘Solidaridad en marcha’, ‘Bridges’, ‘Christ in the City’,’ Navidad es Jesús’, ‘Pan para mi Hermano’ y ‘Mission Brazil’.

Como se define la propia organización, “el MVC constituye un espacio comunitario de encuentro con el Señor Jesús, en el que se busca experimentar una auténtica y comprometida vida cristiana. Como porción de la comunidad eclesial, se inserta activamente en la misión de la Iglesia. Por ello aspira a proyectarse apostólicamente a través de la vida testimonial, el anuncio de la fe y la promoción humana integral, a la luz del Evangelio y de las enseñanzas de la Iglesia. Su identidad está sellada por su eclesialidad y por su vocación al apostolado, que marcan la vida y el compromiso de sus integrantes“. En este caso, la organización no ha emitido comunicado alguno sobre la disolución del Sodalicio, ni sobre su situación jurídica.

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