En el marco de la audiencia general de los miércoles, Francisco pide que mantengamos la capacidad de asombro y alabanza como los pastores en el Nacimiento de Jesús
El papa Francisco durante la Audiencia General (fuente: Vatican Media)
El papa Francisco pidió hoy en la catequesis de la Audiencia General de este miércoles orar y hacer penitencia por la paz en Ucrania, Palestina, Myanmar, Kivu (República Democrática del Congo) y Sudán. También tuvo un recuerdo en sus saludos para las víctimas de las inundaciones acaecidas de Polonia en septiembre de 2024.
“No hemos nacido para matar, sino para hacer crecer a los pueblos“, afirmó con firmeza, exhortando a los fieles a que la oración cotidiana sea un ruego por la paz. También invitó a realizar penitencia como un gesto de compromiso en favor de la reconciliación y el entendimiento entre las naciones.
Jorge Mario Bergoglio cedió un día más la lectura a su ayudante Pierluigi Giroli, debido a la bronquitis que padece. En su discurso, centrado en la Anunciación a los pastores, meditó sobre el nacimiento de Jesús en Belén, recordando cómo el Hijo de Dios entró en la historia de una manera humilde. Destacó que “Jesús, aun siendo el salvador, se dejó censar como cualquier ciudadano, mostrando la grandeza de un Dios que no desestabiliza el mundo con imposiciones, sino que lo ilumina desde dentro“.
El papa explicó que Belén, que significa ‘casa del pan’, simboliza el papel de Jesús como el pan bajado del cielo para saciar el hambre del mundo. Asimismo, evocó el anuncio del ángel Gabriel a María sobre el destino mesiánico de su hijo, “quien reinará sobre la casa de Jacob y ocupará el trono de David”.
Francisco subrayó la humildad del nacimiento de Jesús, quien no llegó a un palacio, sino al pesebre de la parte de la parte trasera de una casa, rodeado de animales. “Los primeros testigos de este milagro fueron los pastores, que vivían al margen de la sociedad, a quienes Dios eligió para recibir la noticia más maravillosa de la historia. No teman, porque les anuncio una gran alegría para todo el pueblo. Ha nacido un salvador”. A juicio del papa, estos humildes testigos, llenos de asombro y gratitud, se convirtieron en proclamadores de la salvación.
El Pontífice instó a los fieles a imitar la actitud de los pastores, cultivando el asombro y la alabanza ante Dios. “Pidamos al Señor discernir en la debilidad la fuerza extraordinaria del Niño Dios, que viene para renovar el mundo y transformar nuestras vidas”, exhortó.
Finalmente, Francisco recordó que el próximo viernes se celebrará a san Cirilo y san Metodio, los primeros propagadores de la fe entre los pueblos eslavos. Animó a los creyentes a seguir su testimonio como apóstoles del Evangelio y fermento de renovación en la vida personal, familiar y social.
