María Caamaño Múñez, conocida como la “princesa futbolera guerrera” desde que levantó la Eurocopa en Cibeles durante la celebración de la Selección Española de Fútbol, ha cumplido uno de sus sueños más anhelados. Esta niña salmantina de doce años, que padece sarcoma de Ewing, un cáncer raro que afecta principalmente a niños y jóvenes, ha tenido el privilegio de participar en una audiencia general del papa Francisco en el Vaticano.
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Acompañada de su familia, María se encuentra de viaje por Italia esta semana, y uno de los momentos más especiales de su ruta fue la parada en la Santa Sede, donde pudo saludar personalmente al Papa, un momento que su padre, Juan Caamaño, ha descrito como muy emotivo para ellos y para la niña.
Emoción y fe en Instagram
María, quien desde su diagnóstico ha luchado con valentía y dedicación, se ha convertido en un símbolo de esperanza y fuerza. En su cuenta de Instagram, la niña compartió su emoción tras este encuentro histórico, expresando: “Todos sabéis lo creyente que soy y hoy, gracias a lo que hablaron mi profe Paulino y mi mamá, he conseguido dar este abrazo al Papa, una de las personas más importantes de este mundo“. Acompañada de una fotografía en la que se la ve saludando a Francisco, María describió el momento como una experiencia única e irrepetible.
En su encuentro con el Pontífice, María entregó varios regalos y cartas, entre ellos, las de la Diputación de Salamanca, la parroquia de su pueblo, Encinas de Abajo, y de su propia asociación, “La Sonrisa de María”. Esta asociación, que ella misma fundó, tiene como objetivo recaudar fondos destinados a la investigación del cáncer infantil, y es una de las iniciativas más importantes en su vida a pesar de su corta edad. Esta semana, María recibió el Premio Castilla y León de los Valores Humanos y Sociales 2024 como reconocimiento a su labor y compromiso con esta causa tan significativa.
La lucha contra el sarcoma de Ewing
Desde que fue diagnosticada con sarcoma de Ewing, María ha estado recibiendo un tratamiento experimental en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid. Sin embargo, su espíritu indomable y su dedicación al apoyo de otros niños afectados por enfermedades similares la han convertido en una fuente de inspiración para todos.