El mensaje de José Cobo para la Cuaresma: “No podemos alejarnos de la cruz de Cristo”

En su carta cuaresmal, el cardenal arzobispo de Madrid llama a renovar la fe, a salir de la polarización y a reencontrar la misión evangelizadora

El cardenal José Cobo, en la misa de la fiesta de San Isidro 2024

En medio de un mundo marcado por la incertidumbre y el desánimo, el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha dirigido su carta pastoral de Cuaresma 2025 bajo el título ‘Conviértete y cree en la Esperanza’. En ella, invita a la comunidad diocesana a recorrer juntos el camino cuaresmal y responder con fe y conversión a los desafíos de nuestro tiempo.



Conversión y esperanza

El cardenal Cobo observa en su mensaje cómo el realismo superficial y la incertidumbre han alejado a muchos de la fuente de sentido de sus vidas. Sin embargo, en este tiempo de gracia, invita a los fieles, parroquias y comunidades eclesiales a prepararse con profundidad para la Pascua, convirtiéndose a la esperanza que no defrauda.

Además, el arzobispo advierte sobre la tendencia a centrarse en conflictos internos y en lo particular, olvidando la misión de la Iglesia como testigo de la esperanza en comunidad. En el contexto del Año Jubilar 2025, el arzobispo ve la Cuaresma como una ocasión propicia para redescubrir la firmeza y seguridad “que provienen de Dios Padre, del Hijo Resucitado y del Espíritu Santo, quien renueva y transforma”.

Los pecados contra la esperanza

En su carta, el cardenal Cobo señala diversos obstáculos que impiden vivir la esperanza cristiana: confundirla con el optimismo, ya que mientras este último se enfoca solo en lo positivo, la esperanza abarca toda la realidad, confiando en la promesa de Dios; la acedia egoísta, que refleja el miedo al compromiso y la sensación de que Dios limita nuestras oportunidades; la tristeza individualista, que lleva al aislamiento del prójimo y al olvido de la alegría que nace del amor divino; la polarización y la violencia, actitudes que dividen incluso dentro de la Iglesia, nublando su misión evangelizadora; alejarse de la cruz de Cristo, evitando el sufrimiento en lugar de mirarlo desde la luz de la Pascua; olvidar a los crucificados y a las víctimas, no reconociendo a Dios en quienes sufren más allá de los círculos eclesiales; y dejar de soñar según Dios, perdiendo la capacidad de vislumbrar un futuro transformado por la fe y el amor.

Cruz Cuaresma

Tres caminos concretos de conversión

El arzobispo de Madrid propone tres caminos esenciales para vivir la conversión en esta Cuaresma: renovar el Bautismo, redescubriendo su significado y viviéndolo con intensidad, con especial atención a la vocación laical, fomentando la oración, la Lectio Divina, catequesis y retiros; servir a los crucificados de nuestro entorno, visitando enfermos, acompañando a los mayores, ayudando a los necesitados y escuchando a quienes atraviesan dificultades; y hacer de la Iglesia un lugar de encuentro, fomentando el diálogo y la comunión dentro de la diversidad eclesial, promoviendo iniciativas que refuercen la unidad y el respeto mutuo.

El cardenal concluye su carta llamando a la comunidad a ser “peregrinos de esperanza”, dando testimonio del paso del Espíritu Santo en sus vidas. Inspirados por el relato de los discípulos de Emaús, recuerda que Cristo sigue saliendo al encuentro de los que están perdidos, con el propósito de que todos sean “uno para que el mundo crea”.

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