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Los obispos de Puerto Rico alertan sobre la violencia en el país: “Hay mucho dolor por las muertes”

| 18/02/2025 - 16:40

En su mensaje de Cuaresma 2025, el Episcopado también llama a la “solidaridad y comunión fraterna por las personas migrantes que han llegado hasta nuestra tierra borinqueña”





La Conferencia Episcopal Puertorriqueña alertó de la violencia en ese país: “hay mucho dolor ante las muertes violentas que arrebatan la vida y tronchan la esperanza de seres queridos, de familias y del país. ¡Cuántos jóvenes y personas de bien tienen que seguir derramando su sangre en nuestras calles! Esta violencia hay que detenerla. Procuremos la paz del corazón que nos da el Espíritu y que lleva a que superemos las violencias verbales y actitudes agresivas que degeneran en conflictos innecesarios”.



Al hacer público su mensaje de Cuaresma 2025, los obispos de Puerto Rico pidieron a los fieles que en los viacrucis de este año “estén presentes los hermanos y hermanas que han perdido la vida, de forma viciosa y cruel, en medio de nuestras comunidades… No podemos conformarnos con la violencia en nuestras calles que arrebata la vida a tantas personas, muchas veces, niños, jóvenes, mujeres y ancianos”.

También hicieron un llamado a “la solidaridad y comunión fraterna por las personas migrantes que han llegado hasta nuestra tierra borinqueña… la ayuda que podamos brindar a estos hermanos migrantes en el ámbito personal y colectivo, como también a sus familias y comunidades, debe ser nuestra mejor respuesta para rechazar estas políticas migratorias que se convierten en deshumanizantes, opresivas, discriminatorias y que atentan contra la dignidad divina de cada persona”.

“Encarnar la cruz de los migrantes”

De igual modo, pidieron que ante la ola de deportaciones de inmigrantes, “muchas veces acompañadas por la insensibilidad y la falta de compasión, les invitamos a peregrinar en nuestras plazas y calles durante la Cuaresma, cargando la Cruz de Cristo y con cirios encendidos, para encarnar la cruz de los migrantes ante la implementación de estas nuevas normas políticas”.

Feligreses de la Arquidiócesis de San Juan (Puerto Rico). Foto: El Visitante

“No podemos quedarnos callados ante el drama de dolor e incertidumbre que viven las personas migrantes que solo añoran un trabajo digno y un futuro esperanzador para ellos y sus seres queridos. Igualmente, no podemos ser indiferentes ante la falta de amor y de compromiso por el bienestar y la paz de las personas alrededor que en ocasiones no se vive en muchos hogares y familias de nuestras propias comunidades”, apuntaron los obispos.

Mencionaron que para el Jubileo Ordinario 2025, el papa Francisco, llama a ser ‘Peregrinos y sembradores de Esperanza’, por lo que -dijeron- esa “convocatoria que debe orientarnos durante este Tiempo de la Cuaresma. Este es un tiempo fuerte de oración y conversión, de ayuno y penitencia, por lo que toma marcada relevancia durante este Jubileo de la Esperanza. En este mundo herido por guerras y violencias, por injusticias y egoísmos que rompen las relaciones humanas y dañan la paz entre los pueblos, somos llamados a vivir esta Cuaresma con verdaderos deseos de esperanza”.

Baja tasa de natalidad y alta tasa de envejecimiento

En ese sentido, exhortaron a  sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas y a los diferentes líderes jóvenes y adultos laicos, a impulsar y generar la dinámica de peregrinación para sembrar la esperanza en la gente, en las familias y comunidades; “cada Iglesia diocesana ha designado a diferentes templos jubilares y espacios devocionales como lugares de peregrinación para caminar con esperanza y ganar la indulgencia jubilar por medio de la oración, la reconciliación, la caridad y la comunión eclesial”.

El episcopado puertorriqueño alertó de la baja tasa de natalidad y con una alta tasa de envejecimiento; “amenaza también la estabilidad familiar la sombra de posibles recortes en ayudas para el sostenimiento de los más pobres, la quiebra o insolvencia de sistemas de pensiones, el alto costo de la vida, y el empobrecimiento en general. No podemos ser indiferentes al drama que vive hoy la familia en el paı́s. ¡Cuántos hogares disfuncionales, heridos por la falta de amor y de compromiso cristiano en sus integrantes! ¡Cuántas injusticias se viven en el seno de muchos hogares a nuestro alrededor!

Para los obispos, si se quiere “rescatar a nuestro pueblo y devolverle la esperanza con un nuevo horizonte de vida y de bienestar”, es necesario “acercarnos a nuestros hogares y a las familias. Hay que fortalecer los vı́nculos matrimoniales y se tiene que mejorar la pastoral familiar de acompañamiento y cercanı́a entre las comunidades y entornos parroquiales”.

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