La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en ingles), presentó una demanda el 18 de febrero contra la administración federal por la suspensión de fondos destinados a su programa de admisión de refugiados.
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En un comunicado informaron que han trabajado durante décadas con el gobierno y socios católicos locales para ayudar a cerca de un millón de personas, por lo que calificaron la medida como una decisión unilateral e inexplicable que dificultará la integración de los refugiados en su nuevo hogar.
“Obligaciones legales y morales hacia los refugiados”
En representación de la USCCB, Chieko Noguchi, directora ejecutiva de asuntos públicos de la USCCB, expresó su preocupación por el impacto de la suspensión y pidió a la administración que restablezca la financiación para garantizar la continuidad de un programa que refleja los valores de compasión y justicia del país.
“Estamos instando al gobierno a mantener sus obligaciones legales y morales hacia los refugiados y a restaurar la financiación necesaria para garantizar que las organizaciones religiosas y comunitarias puedan continuar con este trabajo vital que refleja los valores de compasión, justicia y hospitalidad de nuestra nación”, se detalló en el comunicado.
De acuerdo con la legislación estadounidense, los refugiados que participan en este programa han pasado por un estricto proceso de verificación antes de recibir autorización para ingresar al país. La USCCB insiste en que el gobierno tiene una obligación legal y moral con estas personas, muchas de las cuales huyen de la persecución y buscan una nueva oportunidad en Estados Unidos.