En entrevista con Vida Nueva, el obispo franciscano comparte sus primeras impresiones sobre la diócesis que pastoreará, tan rica en religiosidad popular
Obispo Juan María Huerta. Foto: Prelatura El Salto
El obispo mexicano Juan María Huerta Muro fue elegido el pasado 11 de febrero como segundo obispo de la Diócesis de Xochimilco, ubicada en la Ciudad de México, en sustitución de Andrés Vargas Peña, a quien el Papa le aceptó su renuncia.
En entrevista para Vida Nueva, el franciscano -quien venía desempeñando su ministerio como titular de la Prelatura de El Salto, en Durango- habla sobre la nueva encomienda que le ha asignado el papa Francisco, así como de las mayordomías, las tradiciones, la importancia religiosa del ‘Niñopa’ y los retos en materia de turismo religioso.
Durante poco más de 13 años, Juan María Huerta Muro desempeñó su ministerio episcopal en El Salto, Durango, una de las cuatro prelaturas que tiene la Iglesia en México. Acostumbrado al clima serrano, con temperaturas de hasta -15 °C, con largos inviernos, numerosas heladas y aguanieve, ahora llega a Xochimilco, que en náhuatl significa ‘Campo de flores’, un lugar con clima templado subhúmedo.
Con sus 14 pueblos y 17 barrios originarios, la Diócesis de Xochimilco se encuentra en una de las alcaldías con mayor tradición, arraigo y cultura de la Ciudad de México. Su origen prehispánico está ligado a los pueblos xochimilcas, quienes desarrollaron un complejo sistema de chinampas para la agricultura.
Desde la época precolombina, Xochimilco ha sido un centro de tradiciones espirituales, donde la conexión con la naturaleza jugaba un papel clave en sus rituales. Con la llegada de los españoles, esta religiosidad se transformó con la evangelización, dando lugar a un sincretismo que aún es visible en sus festividades y costumbres.
En el ámbito religioso, Xochimilco destaca por su devoción católica, manifestada en sus numerosas iglesias coloniales y en la celebración de fiestas patronales. Una de las más importantes es la festividad del ‘Niñopa’, una imagen del Niño Dios que es resguardada por diferentes familias de la comunidad, con el acompañamiento de las autoridades eclesiales.
PREGUNTA.- ¿Cuál fue su sentir al enterarse de que sería obispo de una de las diócesis con mayor tradición religiosa y cultural en el país?
RESPUESTA.- Difícil describir el choque de sentimientos y emociones, porque estoy muy agradecido con Dios por el regalo que me dio de servir, primero, en este territorio misional como lo es la Prelatura de El Salto, mismo que ahora debo dejar para servir en la Diócesis de Xochimilco, tan reconocida por sus tradiciones ancestrales.
Pero, por otro lado, me invadió, por dos días, la tristeza de dejar lo hecho y lo proyectado en la Prelatura, es algo así como el proceso de duelo. Como haya sido, ya estoy contento y proyectado mi servicio en la Diócesis de Xochimilco.
P.- Desde su punto de vista, ¿cuál es la importancia que aún revisten las mayordomías en los pueblos originarios de México, entre ellos los de Xochimilco?
R.- Las mayordomías son una tradición importante en la Diócesis de Xochimilco. A continuación, te presento algunas razones por las que las mayordomías son importantes en esta diócesis:
P.- ¿Qué papel juega la figura del ‘Niñopa’ en este momento de la historia de la Diócesis de Xochimilco?
R.- Te diré que el Niñopa es un símbolo muy querido y venerado en nuestra diócesis. Representa la infancia de Jesús y la maternidad de María, y es un recordatorio de la importancia de la familia y la vida en nuestra fe. En este momento de la historia, creo que el Niñopa nos recuerda la necesidad de volver a las raíces de nuestra fe y de enfocarnos en la evangelización y la formación de los fieles, especialmente en las nuevas generaciones.
El ‘Niñopa’ también nos recuerda la importancia de la devoción y la piedad popular, que es tan característica de la fe mexicana. En un momento en que la secularización y la indiferencia religiosa están aumentando, el ‘Niñopa’ nos recuerda la necesidad de mantener viva la llama de la fe y de transmitirla a los demás. El ‘Niñopa’ es un símbolo importante para nuestra diócesis, y su veneración nos recuerda la necesidad de enfocarnos en la evangelización, la formación de los fieles y la devoción popular, especialmente en este momento de la historia.
P.- ¿Cuáles son los retos en materia de turismo religioso que tiene la Diócesis de Xochimilco, tan visitada todos los años por millones de turistas?
R.- La Diócesis de Xochimilco tiene un gran potencial para el turismo religioso, gracias a su rica historia, su patrimonio cultural y su importancia religiosa. Sin embargo, también enfrentamos algunos retos en esta materia. A continuación, te menciono algunos de ellos: