Culturas

‘La corte de Faraón’, ¿opereta irreverente?

| 22/02/2025 - 13:28





Acción-reacción. Es escuchar el nombre de esta opereta –que este febrero se ha representado en el Teatro de La Zarzuela–, ‘La corte de Faraón’ (ojo, no del, es un error extendidísimo), y tararear el eterno “Ay ba…, ay ba…, ay babilonio qué marea…”, visionar a Ana Belén en la versión cinematográfica dirigida por José Luis García Sánchez en 1985 e irse manos y pies al compás. Y Vicente Lleó, que sabía mucho de música, era conocedor de esto: de que, a pesar de que los años pasaran, esta peculiar corte reinaría ‘per saecula saeculorum’. El maestro quiso con este divertidísimo divertimento, que es una pura parodia, poner en solfa a las óperas que trataban temas históricos, léase la ‘Aida’ de Verdi (Aida y Amneris en contraposición con los personajes de Lota y la Reina).



El compositor, nacido en la localidad valenciana de Torrent en 1870, ingresó a los 9 años como infantillo en la Capilla del Hábeas Christi de Valencia; a los 15, ya escribía música religiosa; y a los 17, estrenaba su primera obra escénica: De Valencia al Grao. Lo llevaba en la sangre; sin embargo, era un hombre inquieto, con tesón y constancia, y cuando llega a la capital, en 1896, combina su faceta de director de orquesta con la de empresario teatral del Eslava nada menos, coliseo que vivirá de su mano un inusual esplendor. Y por si no era suficiente, se pone a los mandos de una rotativa y saca el periódico ‘La Noche’, que le llevaría directamente a la ruina.

Pero hasta que llegó ese momento, y que Lleó afrontó con su buen ánimo, las zarzuelas y revistas copaban de su mano los escenarios. No había quien le hiciera sombra en ese género que se denominó “sicalíptico” y que, con él, no tuvo rival, unas representaciones en las que el erotismo y la sensualidad se daban la mano… y algo más. Un hombre familiarizado con la composición religiosa desde la adolescencia, poco iba a tener de irreverente y mucho de divertente. Aunque ‘La corte de Faraón’ –lo que hoy denominaríamos un auténtico “pelotazo” desde el mismo día de su estreno– proporcionara a los censores de los años 40 y 50 del pasado siglo más de uno y más de dos dolores de cabeza. Y eso que se la bautizó como una ‘opereta bíblica’.

Etiquetas: músicaópera
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