La Iglesia porteña rezó por el Papa en la emblemática plaza Constitución de Buenos Aires

Allí, Bergoglio inició la celebraciones con la gente que trabajaba en la calle, denunciando situaciones de injusticia y exclusión

La Iglesia porteña rezó por el Papa en la emblemática plaza Constitución de Buenos Aires

El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, convocó a una misa en la plaza Constitución, para rezar por la salud del papa Francisco, internado en el Hospital Gemelli de Roma, desde el 14 de febrero por un complejo cuadro respiratorio.



Participaron varios obispos de la arquidiócesis porteña y de algunas diócesis de la provincia de Buenos Aires, además de funcionarios de la ciudad autónoma de Buenos Aires, y dirigentes y referentes sociales.

Una casa para todos

Esta tarde, el arzobispo en la homilía expresó la intención de la Iglesia porteña de organizar un evento como este con la participación de todas las parroquias que están rezando por la salud del Papa, por lo que tenía sentido elegir un lugar que tuviera una relación simbólica con él cuando allí celebró tantas misas para “escuchar el clamor, el grito de las víctimas de la injusticia y de la exclusión”.

Dijo que allí, Bergoglio levantaba su voz profética en una sociedad “llena de hombres y mujeres apaleados, golpeados al borde del camino, que algunas organizaciones ligadas a la trata y al narcotráfico hacen de ella una fábrica de esclavos, una verdadera picadora de carne”.

Destacó que el Papa, con su mensaje, insistió en ser como Iglesia un hospital de campaña, que reciba a los heridos de la vida, que abrace el dolor, a los heridos, a todos. Por eso, el afirmó su preferencia: una Iglesia accidentada por estar en la calle que una Iglesia enferma, encerrada en si misma… casa grande con lugar para todos.

Aprender a dialogar

Ante tantas descalificaciones, mentiras y calumnias, de las que el Papa ha sido, Francisco, con la autoridad moral, enseñó que hay que aprender a dialogar, a forjar la cultura del encuentro frente a la cultura del descarte, insistió una y mil veces con la fraternidad universal.

“Creo, como he dicho ya varias veces, que los argentinos a Bergoglio no lo hemos dejado ser Francisco. Lo hemos metido siempre en el barro de nuestras discusiones estériles”. Y agregó que, de manera atrevida, le han querido enseñar lo que significa ser Papa. “Y sin embargo nos quiso, y sin embargo nos quiere, y sin embargo nos tiene en su corazón. También eso es propio de un padre amoroso.

Bocanada de aire puro

García Cuerva indicó que se reunieron para rezar por su salud, y su fragilidad es nuestra fortaleza. Pidió pedirle perdón a Dios por las veces que lo descalificaron y manchado en su honor, aunque él respondió siempre desde el Evangelio con absoluta misericordia.

Comentó que leyó que el Papa es una bocanada de aire puro para un mundo asfixiado por la violencia, el egoísmo y la exclusión, y ahora es él quien necesita de nosotros. “Que nuestra oración sea esa bocanada de aire puro que llegue a sus pulmones para que recupere su salud. Querido Francisco, estamos con vos”, concluyó.

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