Palencia da el último adiós a Nicolás Castellanos, el “obispo itinerante”

Cientos de personas se han congregado en la catedral para celebrar el funeral de su obispo emérito, conocido por su labor entre los más desfavorecidos

Palencia da el último adiós a Nicolás Castellanos, el “obispo itinerante”

En el día de hoy la catedral de Palencia ha acogido un emotivo funeral en memoria de Nicolás Castellanos, obispo emérito de la ciudad y fundador de la Fundación Hombres Nuevos. El prelado, reconocido por su incansable labor por los más desfavorecidos, falleció el pasado miércoles en Bolivia, país donde ha sido enterrado por propio deseo y en el que desarrolló gran parte de su obra como misionero.



Cientos de personas se han congregado en la catedral para rendir homenaje a este “obispo itinerante”, como le conocían por su trabajo en favor de una iglesia renovada, solidaria y su propósito de vivir como un vecino más, con cercanía y un lenguaje de iguales. A su funeral han asistido miembros de la sociedad civil, religiosos, obispos, sacerdotes y diáconos, además de su hermano Demetrio Castellanos, que cerró la ceremonia con un emotivo discurso.

Un retrato del padre Nicolás, obra de Antonio Guzmán Capel, presidió la celebración junto a símbolos representativos de su ministerio: un báculo, una mitra, una casulla y el libro de los Evangelios. El obispo de Palencia, Mikel Garciandía, y el cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo emérito de Valladolid y sucesor de Castellanos en Palencia tras su renuncia en 1991, fueron los encargados de celebrar la Eucaristía.

Modelo de caridad

En su homilía, el obispo Mikel Garciandía ha destacado la visión de Castellanos sobre una Iglesia con una “pirámide invertida”, donde “los siervos han de estar abajo para inclinarse y lavar los pies de sus hermanos”. Este principio, ha asegurado, marcaba la diferencia entre la simple filantropía y la verdadera caridad, poniendo como ejemplo a Nicolás, un ejemplo de lucha por los derechos de los más necesitados: “Servir es reinar, servir es haber llegado a casa, servir es profecía en un mundo bloqueado por la comodidad más insolidaria”, ha concluido el obispo de Palencia.

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Un obispo por los más pobres

Durante la ceremonia, el sacerdote Donaciano Martínez y Arancha Delgado, vicepresidenta de la Fundación Hombres Nuevos, recordaron la vida y legado de Nicolás Castellanos. Nacido en Mansilla del Páramo (León) en 1935, Castellanos llegó a Palencia en 1978 y, tras 13 años de labor pastoral, renunció a su cargo para trasladarse a Bolivia y dedicarse a la lucha contra la pobreza.

Con 56 años, se instaló en Santa Cruz de la Sierra, creando la fundación que transformó la vida de los habitantes de los barrios más empobrecidos. Su compromiso con la educación, la cultura y la promoción social fueron pilares fundamentales mientras vivió. “Nada es gratis, todo cuesta”, repetía el obispo fallecido, convencido de que “al pobre hay que sacarlo del hambre con belleza”. Su esfuerzo y dedicación le valieron el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1998 y una candidatura al Premio Nobel de la Paz en 2022.

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