Córdoba rechaza la criminalización de los migrantes sin papeles: “No es legítimo ni cristiano”

La diócesis andaluza subraya que los migrantes llegan en busca de oportunidades laborales, en muchos casos para trabajos que los locales no desean realizar

un grupo de personas inmigrantes en Almería trabajadores del campo en el mar de plástico

La Delegación de Migraciones y el Secretariado para la Pastoral del Trabajo de la diócesis de Córdoba han expresado su firme rechazo a la criminalización de las personas migrantes sin papeles, subrayando que esta práctica “no es legítima ni humana ni cristiana”. En una nota emitida por ambas instituciones, se destaca que, en su mayoría, los migrantes en situación irregular llegan al país en busca de trabajo para poder construir un futuro mejor para sus familias y regularizar su situación.



“Es trabajo que, en muchas ocasiones y ante las condiciones en que se ofrece, los trabajadores locales no quieren realizarlo”, dice el comunicado emitido desde la diócesis. En este contexto, recuerdan las palabras del Papa Francisco, quien, en su carta del pasado 10 de febrero de 2025 dirigida a los obispos norteamericanos, expresó que “la conciencia rectamente formada no puede dejar de realizar un juicio crítico y expresar su desacuerdo con cualquier medida que identifique, de manera tácita o explícita, la condición ilegal de algunos migrantes con la criminalidad”.

“Situación de sufrimiento y ansiedad”

La Delegación de Migraciones ha explicado que esta declaración se produce como respuesta al “sufrimiento, miedo y ansiedad” que viven muchos migrantes, especialmente aquellos sin una documentación regularizada. Estos sentimientos son consecuencia de las actuales leyes de extranjería y de los “estados de opinión” que se difunden en contra de los migrantes, a menudo basados en “bulos o medias verdades”. Según la Iglesia de Córdoba, estas percepciones generalizadas crean un rechazo indiscriminado hacia la población inmigrante, alimentando el odio y el miedo, y negando su “dignidad sagrada”.

Migrantes Tenerife

La dignidad personal, inviolable

Desde la diócesis insisten en que, aunque cada país tiene la obligación de regular los flujos migratorios de manera ordenada y legal, no se deben adoptar políticas restrictivas de cierre de fronteras que seleccionen a las personas, discriminando a las familias más vulnerables y empobrecidas, y condenándolas a vivir en situación irregular o, incluso, a no poder emigrar. A través de su comunicado, las dos delegaciones diocesanas han querido transmitir su “apoyo y solidaridad con todas las personas migrantes, tengan o no papeles”. Y aseguran que “la Iglesia debe ser una comunidad que acoge, protege, promociona e integra a toda persona, especialmente a las más débiles y vulnerables: Todos son hijas e hijos de Dios”.

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