El ejército birmano ha bombardeado y destruido un centro pastoral del complejo de la iglesia católica de San Miguel, en Nan Hlaing, una zona rural de la diócesis de Banmaw, en el norte de Myanmar.
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Según informó el párroco de dicho templo, el jesuita birmano Wilbert Mireh, a la agencia Fides, “cinco proyectiles y dos bombas aéreas han impactado en el recinto de nuestra iglesia, causando daños en la estructura, pero sin herir a nadie“.
El sacerdote aseguró que tuvo que acercarse a la frontera con China para poder comunicarse porque, en la zona de la iglesia destruida, “la electricidad, las telecomunicaciones y los servicios están completamente cortados en nuestra zona desde julio de 2024“.
“El bombardeo no ha provocado víctimas. Damos gracias a Dios por estar a salvo, aunque la gente aquí lucha por sobrevivir. No hay escuelas, clínicas, ni comercio“, continuó el religioso.
Misa bajo los árboles
“Solemos celebrar misa bajo los árboles porque permanecer en la iglesia es demasiado peligroso. El edificio ya ha sido golpeado y dañado. Pero, a pesar del sufrimiento y las precarias condiciones, la fe y el espíritu de la comunidad permanecen firmes“, añade.
En el estado de Kachin, al norte de Myanmar, en las inmediaciones de Banmaw, se están produciendo combates entre el ejército gubernamental y la guerrilla independentista de la minoría kachin. El ejército birmano se ha retirado de gran parte del territorio de Kachin y recurre al bombardeo aéreo y de artillería. La zona está arrasada y apenas quedan 20.000 habitantes. Los cálculos de las organizaciones internacionales estiman que ha habido hasta ahora 120.000 desplazados.